La CUP vuelve a la primera fila del escenario. La fuerza anticapitalista ha obtenido nueve diputados, --cinco más que en 2017-- con casi el 7% (6,68% con el 99% del escrutinio) de representación y presencia, por primera vez, en las cuatro provincias catalanas, tras lograr un diputado en Lleida y otro escaño en Tarragona. Con un liderazgo oscilante durante toda la campaña, en la figura de Dolors Sabater, exacaldesa de Barcelona, la CUP ha sabido presentar una propuesta que será determinante, como lo fue en 2015 y en 2017, para la formación del nuevo Govern. Y la propia Sabater exhibió ese papel en su comparencia tras conocer los resultados: "Condicionaremos el Govern con una apuesta clara por la autodeterminación y por las propuestas de izquierda". 

En esa línea, Sabater señaló que desea iniciar conversaciones con JxCat, ERC, pero también con los Comuns de Jéssica Albiach. Ese es el punto de partida de la CUP, que ha insistido en que es el momento de "defender grandes cuestiones de país", orientando la política catalana hacia la izquierda y el independentismo.

Con una dirección asamblearia, con diferentes representantes en todos los debates televisivos que se han realizado, --Carles Riera, Dolors Sabater y Laia Estrada-- y, a pesar de importantes diferencias en su seno, la CUP tendrá la opción de votar la presidencia de Pere Aragonès, el líder de Esquerra, con el concurso de Junts per Catalunya. Pero con la intención, esta vez, de formar parte del Ejecutivo, por primera vez.

 

 

La CUP valora los datos obtenidos en las elecciones / EP

¿Entrar en el Govern?

La opción contraria, la de apoyar a un candidato a la presidencia de JxCat, esta vez la candidata Laura Borràs, se había descartado, al entender que pesa más el pasado convergente de la formación que lidera desde Bruselas Carles Puigdemont. Pero con ERC liderando ese hipotético gobierno, la CUP se inclinaría a facilitarlo.

Las dudas se centran en si, esta vez, la CUP formaría parte de ese gobierno. Dolors Sabater apostó por ello durante la campaña electoral, y fue desautorizada por miembros de la dirección. Sin embargo, ese debate no se ha cerrado, siempre y cuando el presidente investido se comprometiera con una nueva hoja de ruta netamente independentista.

De Puigdemont a Torra

En 2015, la CUP logró marcar toda la agenda política en Cataluña, al vetar la candidatura de Artur Mas a la presidencia de la Generalitat. Fue, precisamente, el momento en el que Mas decidió dar “un paso al lado”, y proponer a Carles Puigdemont como su sustituto. Entonces, la CUP optó por Puigdemont, condicionando toda la política del Govern, y llevando al independentismo al referéndum del 1 de octubre de 2017.

Tras las elecciones de 2017, el presidente Quim Torra fue elegido gracias a la abstención de la CUP. Por ello, y con los resultados de la noche de este domingo, con un empate en escaños entre Esquerra y JxCat, pero con los republicanos por delante en votos, la CUP acabará decidiendo, si el candidato del PSC, Salvador Illa, a pesar de ganar las elecciones, no logra formar gobierno.