Los resultados confirman que las elecciones iban de Salvador Illa o de Pere Aragonès. Con el 99,79% de votos escrutados, el candidato socialista ha resultado ganador en votos, aunque empatado a 33 escaños con ERC. Sin embargo, el independentismo suma y aumenta el número de diiputados en el Parlament. Y si se confirma el veto de los republicanos al PSC, se complica la posibilidad de un tripartito de izquierdas. Pero no se puede dar nada por seguro. Incluso una repetición electoral.

Dicho de otra manera, la última palabra la tendrá Esquerra, que deberá elegir entre un tripartito independentista con JxCat y CUP, o un pacto progresista con PSC y En Comú Podem. Pero lo cierto es que el llamado efecto Illa ha demostrado que, lejos de ser un eslogan, era real. Los socialistas han pasado de la resignación a la victoria, nutriéndose de un voto útil contrario al procesismo, necesario aunque no del todo suficiente para garantizar el cambio.

Por primera vez ganan en escaños, pues en votos lo hicieron con Pasqual Maragall. Illa, anunció anoche, está dispuesto a presentarse a la investidura, a diferencia de Ciudadanos, que en 2017 ganó, pero ni siquiera intentó ganar gobierno. El PSC ha obtenido 651.027 votos, 44.368 más que hace tres años, mientras que ERC logra 602.658, lo que supone un descenso de 333.203.

Resultados de las elecciones del 14F, estos son los partidos que entran en el Parlament / CG

En tercer lugar queda Junts per Catalunya, con 32 escaños, que en los últimos días amenazaba con superar a sus dos contrincantes. Sin embargo, los neconvergentes van a ser determinantes en un tripartito independentista con Esquerra y CUP, que pasa de 70 a 74 diputados gracias a la subida de los antisistema. De las exigencias rupturistas de Carles Puigdemont dependerá la viabilidad de una renovación de una alianza secesionista con Aragonès como presidente. Esto es, si el candidato está dispuesto a poner plazos a la implementación de la república catalana que reivindican los neoconvergentes. 

Aragonès también ha anunciado que se presentará a la investidura para liderar un amplio consenso entorno a la amnistía y la autodeterminación.

 

 

Aragonès hace la valoración sobre los resultados de las elecciones catalanas / EP

Irrupción de Vox

La fuerte irrupción de Vox, no por esperada, ha sido más sorprendente, pues se ha situado en un cuarto puesto con 11 escaños, por delante de la CUP, con 9, y de En Comú Podem, con 8. Lo ha hecho a costa de Ciudadanos y PP, que quedan relegados a las últimas posiciones, confirmándose así lo que todas las encuestas advertían: la caída en picado de la formación naranja, ganadora de los comicios de 2017 con 36 escaños, que se queda con 6, mientras que el PP pasa de cuatro a tres escaños y ni siquiera podrá tener grupo parlamentario propio. De hecho, los sondeos indicaban que los populares podían quedar fuera del hemiciclo. Su cabeza de lista, Alejandro Fernández, ha hecho una buena campaña. Le puso ganas e ingenio para pararle los pies a la ultraderecha, pero no lo logró.

En cualquier caso, tanto Inés Arrimadas como Pablo Casado van a tener que dar muchas explicaciones sobre esos malos resultados. Ciudadanos ha perdido casi un millón de votos, al pasar de los 1.109.732 de 2017 a 157.529. Por su parte, los populares logran 108.841, es decir, 76.829 menos que hace tres años.

PDECat no ha logrado escaño, pero ha impedido a JxCat crecer lo suficiente para arrebatar el primer puesto a PSC y ERC. Eso le han valido duras críticas por parte de sus antiguos compañeros de partido, que le acusan de haber dilapidado miles de votos que podían haber colocado a la formación de Puigdemont por delante del PSC.