Las palabras de Pablo Casado sobre las imágenes del 1-O con la policía cargando contra los votantes que les impedían el acceso a los colegios electorales se han convertido en la peor contribución a la campaña electoral de Alejandro Fernández. Todo el mundo coincide en que se trata de una nueva manifestación del distanciamiento de la actual dirección del PP con la inmediatamente anterior, perseguida por los casos de corrupción aún vivos en los tribunales, pero lo cierto es que el presidente del partido ha dejado en apuros a sus votantes catalanes que siempre han considerado que aquella consulta fue ilegal y que atentaba contra el orden constitucional.
Mientras Fernández trata de hacer una campaña que salve los muebles, con ayudas de este calado el partido se acerca a la marginalidad parlamentaria.
El 'marianismo' se asombra
El País ha consultado a varios exministros y dirigentes de la época de Mariano Rajoy que no salen de su asombro. “El nuevo equipo que rodea a Casado quiere construir un relato de que ellos no están ensuciados con nada, ni con la corrupción de Luis Bárcenas ni con lo que sucedió en Cataluña en el 1-O, pero no es verdad”, remacha otro alto cargo que sí estuvo aquellos días y muchas madrugadas en la Moncloa. La cúpula del PP de Mariano Rajoy se indigna ante el desmarque de Casado sobre el 1-O y lo acusa de mentir, titula el diario de Prisa en su portada.
“Yo decidí no salir a explicar lo que estaba pasando, porque no estaba de acuerdo con los que estaban diciendo que se estaba votando en unas elecciones homologables, porque eso no eran unas elecciones homologables, ni estaba de acuerdo con los que decían que allí no se estaba votando, porque lo que se estaba viendo en la televisión era algo que en mi opinión se tenía que haber evitado”. Es la frase de la muerte de Casado el martes pasado ante los micrófonos de RAC1, una emisora que sus asesores consideran con razón poco favorable a los intereses del PP.
Tomar distancia
La Vanguardia no quiere echar más leña al fuego y se hace eco de las matizaciones del portavoz nacional del PP y alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Alemida. Desde su punto de vista, y en contra de lo que todo el mundo entendió, Casado no puso en duda la actuación policial del 1-O en Cataluña cuando aseguró que no le gustó lo que estaba sucediendo.
El Abc es un poco más decidido. Mariano Calleja ha escrito en sus páginas que “poco a poco, la brecha entre el nuevo PP y el viejo PP se va haciendo más grande, insalvable. Seguramente porque es la manera que la nueva dirección del partido tiene para sobrevivir y dejar atrás un pasado que les pesa como un lastre. Pablo Casado ha sido nítido a la hora de romper con ese PP del pasado ligado a los escándalos de corrupción. Y hoy mismo ha renegado de forma clara de la gestión de Rajoy y Sáenz de Santamaría ante el referéndum ilegal del 1-O”.
'El Mundo', muy crítico
Arcadi Espada titula Valiente Casado su columna de hoy en El Mundo. Y se corta muy poco. “Gracias a la campaña electoral se ha desvelado el impresionante secreto que Pablo Casado llevaba dentro: y es que pensaba lo mismo que los independentistas respecto a la actuación de la policía el 1 de octubre. Y no solo lo que pensaba. Casado reveló también su mayúsculo acto de insurgencia: se negó a dar la cara por su Gobierno y por su partido en el momento políticamente más difícil de la democracia española. La valiente acción le salió gratis porque Casado entonces no era nadie.”
Su compañero de páginas de opinión Rafa Latorre se acuerda de Alejandro Fernández en su artículo titulado El candidato del PP no se merece esta campaña. “Ya. He vuelto a escuchar la entrevista de Pablo Casado en RAC1. Sigo sin saber qué ha querido decir. Y mira que Jordi Basté repregunta. Más bien horada. Entrevista bien. Siempre lo he pensado. Pero nada. Entiendo que el fatídico 1 de octubre Casado se negó a comparecer como portavoz y que su negativa responde a un desacuerdo con Rajoy. Ahí ya dejo de entender, porque no sé lo que quiere decir cuando dice que "'eso se tenía que haber evitado'".