Laura Borràs sube el tono. La candidata de Junts a la presidencia de la Generalitat de Cataluña en las elecciones del 14 de febrero ha denigrado a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado (CFSE). Ha tildado a los agentes de "piolines", en referencia a uno de los ferris utilizados como alojamiento en otoño de 2017, y ha lanzado una amenaza velada: los funcionarios deben marcharse. Según ella, son "tentáculos del Estado".
Lo ha dicho Borràs en una entrevista concedida a El Periódico, en la que ha avisado que ella "es más de fuera las fuerzas de ocupación, en realidad". Lo es, ha precisado, antes de los "piolines", ya que considera que los efectivos policiales de Policía Nacional y la Guardia Civil que viven y trabajan en Cataluña "son tentáculos del Estado que están por todos sitios".
Fuera de Cataluña
Siempre según la cabeza de cartel de Junts, los funcionarios "deben ser desplazados", en referencia a que los agentes se marchen de Cataluña. "A nivel policial, el modelo debe ser una policía propia, integral y democrática", ha deslizado.
Otras policías, que no ha concretado, son "tentáculos del Estado". Según ella, "cuando hablo de desplazar al Estado, me refiero a generar las estructuras que nos permitan ser a nosotros un estado. En todas las áreas, como la dependencia o el sistema de emergencias".
'Efecto Illa' e irrupción de Junqueras
Las palabras de Laura Borràs contra los CFSE llegan en un contexto delicado para Junts. El partido del expresidente catalán prófugo, Carles Puigdemont, ha visto como su trayectoria ascendente en las enquestas se frenaba e incluso eran superados por el PSC por el efecto Illa, en referencia al golpe de mano dado por los socialistas al haber cambiado de candidato, designando al ya exministro de Sanidad.
En el campo interno del independentismo catalán, Borràs y Junts han quedado tapados en las últimas horas por la irrupción en campaña de Oriol Junqueras, presidente de ERC, quien se ha unido a la campaña de los republicanos al lograr el tercer grado y, así, salir de la cárcel de Lledoners, donde cumple condena por sedición y malversación por los hechos acaecidos en la fase más virulenta del procés en, precisamente, 2017.