“Nuestra principal preocupación es dar pasos atrás en derechos en los que se había avanzado”. Habla la directora general de la ONG Educo, Pilar Orenes, quien con motivo del Día Internacional de la Educación que se celebra este domingo, exige a los gobiernos que tomen medidas para evitar que la pandemia dispare las desigualdades y el fracaso escolar. Un problema que afecta a países de nuestro entorno, pero principalmente, en zonas con pocos recursos, donde las niñas son las principales víctimas. El matrimonio infantil y el embarazo adolescente son algunas de las consecuencias de no acudir a la escuela.
En conversación con Crónica Global, Orenes destaca que la educación “es un derecho, no un privilegio. Y debe ser de calidad”. Una máxima que el Covid ha puesto en cuestión, ya que la sociedad ha aceptado con normalidad que las escuelas cierren. “La educación actúa como ascensor social y uno de los mejores indicadores de cuál será el futuro de los niños. Gracias a la escuela, puedes dar gran un gran salto, pero si la educación se reduce, la desigualdad aumenta. El cierre de las aulas se interpone en el proceso de aprendizaje. Y, además, la escuela es un espacio seguro, pero debido al Covid, hay países donde ha aumentado el riesgo de que los niños no vuelvan a clase”.
Consecuencias
Según datos de Naciones Unidas, un total de 743 millones de niñas dejaron de asistir a la escuela a consecuencia del confinamiento. Ello favorece el matrimonio infantil, las violaciones y los embarazos adolescentes.
Uno de los empeños de Educo es reducir la brecha educativa. Pero entre un 20% y un 30% de los alumnos no estuvieron conectados con sus profesores durante el confinamiento, según los datos de esta ONG. “Hemos visto que en determinados entornos no tienen suficientes herramientas de conexión. Las familias no pueden atender a sus hijos. Y eso genera desigualdad”, explica la directora de Educo.
Apoyo emocional
Destaca la necesidad de apoyar emocionalmente a los niños y niñas: “Las escuelas lo están haciendo, pero hay que recordarlo. En Educo decimos muy a menudo que hay que escuchar a los niños, conocer sus necesidades, cómo se sienten, implicarles en las decisiones. Y más todavía en la pandemia. Cómo lo viven, qué emociones han tenido. Creo que se les ha escuchado poco”.
Por todo ello, Pilar Orenes hace un llamamiento a los gobierno para que ”garanticen el derecho a la educación con inversiones reales. Reducir las desigualdades es una inversión de futuro”.
Actuación en 14 países
Educo, que actúa en 14 países mediante proyectos en los que participan más de 800.000 niños, niñas, adolescentes y jóvenes, ha tenido que adecuar su trabajo a “un contexto diferente” derivado de la crisis sanitaria, impulsando proyectos relacionados con la higiene o la prevención de contagios. Está presente en Asia --actúa en el campo de refugiados de Bangladesh, el más grande del mundo--, América Latina y África. Educo ha entregado material escolar a 20.000 niños y conexión online a 17.000. “La idea es la escuela se cierra, pero la enseñanza no. Sea a través de la radio o de internet”, afirma.
En España, la ONG ha repartido 600.000 comidas durante estos meses.