El Govern llegará a las elecciones del 14F totalmente dividido y desfondado. La ‘rave’ de Llinars del Vallès ha causado otra grave desavenencia interna entre los consejeros de Junts per Catalunya y los de Esquerra Republicana. El vicepresidente del Govern, Pere Argonès, ha cargado con dureza contra el titular de Interior, Miquel Sàmper, al entender que se ha tardado mucho en desalojar a los participantes en la fiesta en una nave de Linars.
Aragonès ha sido directo, tras anunciar que se estaba desalojando la nave: “Revisaremos con Interior cómo se han desarrollado los hechos con el objeto de evitar que se vuelva a producir una situación de estás características y las actuaciones sean más rápidas”.
¿Y el protocolo de Salut?
Los reproches han sido mutuos, porque Interior ha pedido al departamento de Salut, que dirige la republicana Alba Vergés, que tuviera previsto un protocolo de actuación, teniendo en cuenta que se debía controlar los posibles contagios por Covid.
Se trata de una muestra, la enésima, de las diferencias de criterio entre los dos socios del Govern de la Generalitat. La falta de comunicación, además, agrava la toma de decisiones, a pocas semanas de las elecciones y con la intención, por parte de cada fuerza política, de obtener los mejores resultados posibles.
Una coalición imposible
En las redes sociales la bronca se ha intensificado, porque, tras las palabras de Aragonès, diferentes activistas le han reprochado la actuación del alcalde de Llinars, Martí Pujol, que es de ERC. El alcalde ha señalado que, pese a intentar impedir el acceso a la nave, en la tarde del 31 de diciembre, los organizadores acabaron entrando, con una previsión importante, con material de sonido y de abastecimiento, y procedentes de distintos puntos de Europa.
La advertencia ahora de Aragonès, que ha apostado por acentuar los elementos de gestión, por encima de la reclamación constante del derecho de autodeterminación, que es la apuesta de Junts per Catalunya, muestra que la convivencia entre los dos socios será muy difícil tras el 14F. Aunque ese ese el discurso oficial, el del propio Aragonès, que pide incorporar en un gobierno de coalición a los Comuns y al PDECat, si obtiene representación, el día a día demuestra que es imposible. El boicot interno entre consejeros es permanente.