El alcalde de Llívia (Girona), Elies Nova, ha comunicado a ERC su baja como militante. La renuncia se produce después de que el edil reprochara al vicepresidente Pere Aragonès las medidas contra el Covid aplicadas en la Cerdanya y que fueron rectificadas por el Govern este martes a última hora de la noche. También ha abandonado el partido Ramona Bragulat, concejal de Bellver.
Nova asegura en un email al que ha tenido acceso Crónica Global que abandona Esquerra "por no sentirme cómodo con la hoja de ruta actual del partido, por los hechos comarcales ocurridos en la constitución del Consejo Comarcal de la Cerdanya, por desavenencias de intereses y conceptos con la actual ejecutiva. Por poco y siempre mendigado apoyo local. Me duele, mi corazon será de izquierda, pero actualmente no comparto esta deriva".
El alcalde de una de las ciudades más importantes de la Cerdanya se suma así a varios militantes y cargos electos que, desde el pasado verano, han venido expresando su descontento con la gestión de ERC en esta comarca. Varios cargos electos habían abandonado ya el partido y que Nova tomara ese camino era algo esperado. Esta corriente crítica se ha constituido en Dissidència ERC Cerdanya, que en un contundente comunicado ha criticado la estrategia de pactos municipales, tanto en Puigcerdà como en el Consejo Comarcal.
La gota que ha colmado el vaso
Pero la gota que ha colmado el vaso son los bandazos que el Govern ha dado sobre las medidas a aplicar en esta comarca, conocida por ser el lugar de veraneo de la burguesía catalana, pero que según los disidentes, también sufre deterioro económico y social.
Nova expresó su malestar con Pere Aragonès, con quien, según insinúa en su hilo de Twitter, no existe mucha comunicación desde que se declaró la pandemia. Nova reprochaba al dirigente republicano que, en las últimas medidas decretadas contra el Covid, se considerara que la Cerdanya, Alt Urgell y Andorra son una misma comarca, obviando los lazos con otras zonas limítrofes.
Estrategia de pactos
A juicio de Nova y los críticos, Esquerra estaba llamada a ser "un instrumento para cambiar el modelo actual" en la Cerdanya y "apostar por una alternativa sostenible, una economía diversificada donde se respeten los derechos sociales básicos como la vivienda y los derechos laborales”. En las elecciones municipales de 2019, ERC pasó de uno a tres concejales en Puigcerdà, pero a pesar de ese incremento "el partido no supo dar suficiente confianza ni tampoco proyectar su modelo para la ciudad”, afirman.
En cuanto a la constitución del Consejo Comarcal de la Cerdanya, ERC obtuvo siete consejeros y había una clara opción de formar gobierno con Endavant Cerdanya. Pero tres “tránsfugas” de ERC se unieron al PDECat para gobernar este órgano supramunicipal.