La ANC busca cómo sacar la cabeza, en un momento en el que los partidos la han dejado de lado y se preparan para las elecciones catalanas. La entidad que preside Elisenda Paluzie, con una crisis interna de enorme envergadura, no ha dudado en arremeter contra la Constitución, al entender que está “pensada y hecha contra nosotros”, en referencia a Cataluña y al conjunto de los catalanes. La idea de la entidad es influir de nuevo para impulsar una vía “unilateral” a favor de la “república catalana”.
En Cataluña, la Constitución obtuvo, en el referéndum de 1978, más del 90% de los votos afirmativos. Sin embargo, para la ANC se habría demostrado que ha sido perjudicial para Cataluña. En la misma línea que defendió el expresidente Quim Torra, en el sentido de que la “autonomía ha sido perjudicial” para los deseos de que Cataluña sea independiente, la ANC considera que el futuro de la comunidad lo debe decir el conjunto de su ciudadanía y que no deriva de la Carta Magna. “El independentismo, desde los inicios y como movimiento político de ruptura, siempre ha rechazado su contenido. Sería un error, sin embargo, pensar que la Constitución sólo representa un problema para los independentistas. Es un problema para todo el pueblo catalán”, señala la ANC en un manifiesto con motivo del día de la Constitución.
Contra la monarquía
La excusa, en este caso, es la situación de la monarquía, pieza central de la Constitución. Los casos judiciales que afectan al rey emérito, Juan Carlos I, son el mejor motivo, a juicio de los independentistas, para buscar una vía unilateral. “Es un problema para todo el pueblo catalán. Cuando se debe soportar y financiar una Casa Real dedicada a la corrupción y el aplauso de la represión, con plena impunidad, el problema es de todos y de todas”, señala.
La voluntad de la ANC, como pide en el manifiesto, es que el conjunto de las fuerzas políticas independentistas se unan y recuperen la vía unilateral. “Pedimos a las fuerzas independentistas que hagan valer los derechos sociales, civiles y políticos del pueblo catalán, que recuperen las leyes suspendidas por el Tribunal Constitucional y que nos emplacemos a defenderlas desde la calle y las instituciones”.
Pero a pesar de esos llamamientos, tanto Junts per Catalunya como Esquerra Republicana tienen otros planes. Aunque el partido de Carles Puigdemont juega con la complicidad de la ANC, se mantienen las diferencias, y todavía más con Esquerra, que ha decidido jugar la carta del diálogo con el Gobierno español a la espera de ganar las elecciones al Parlament.