Poco podría imaginar Salvador Illa (La Roca del Vallès, 1966) que, como ministro de Sanidad, tendría que gestionar una pandemia sin precedentes en la historia. Volcado en afrontar esa crisis y en la recuperación económica, Illa habla también en una entrevista en Crónica Global de las perspectivas electorales de su partido, el PSC, donde ejerce el cargo de secretario de organización.
--Pregunta: ¿Usted manda en el PSC?
--Respuesta: Yo hago de secretario de organización del PSC. El máximo responsable del partido, porque así lo decidieron los militantes, es Miquel Iceta. Yo soy [secretario de] organización desde 2016, lo sigo desempeñando al servicio del proyecto político de nuestro partido.
--Si no ahora, su futuro político pasa por ser candidato a la presidencia de la Generalitat.
--Mi futuro político pasa por seguir ejerciendo mi responsabilidad como ministro de Sanidad, que me ocupa muchísimo tiempo y me permite servir al conjunto de los españoles. Estoy muy orgulloso de que se me diera esta oportunidad.
--¿Cómo ve al PSC ante las elecciones del 14 de febrero?
--Pues muy bien, porque veo que los hechos han validado nuestro proyecto. Tenemos una responsabilidad en el Gobierno de España. Seguimos siendo muy importantes en el ámbito municipal, creo que hemos dado muestras, dicho con humildad y orgullo, de nuestra capacidad de gestión. Y creo que, en estos momentos, los únicos que ofrecemos una agenda de reencuentro en Cataluña y de centrar la acción política en lo que realmente importa a los ciudadanos, que es la protección de su salud y de la economía y los derechos sociales, somos nosotros. Nuestro proyecto político está más fuerte que nunca.
--Se ha acusado al PSC de caer en una estrategia de apaciguamiento. Que, por no generar más confrontación con los independentistas, el discurso se ha quedado plano.
--Nosotros pensamos que las cosas se defienden no gritando y gesticulando, sino trabajando y con argumentos. Y como tenemos unas convicciones muy sólidas, trabajamos para llevarlas a la práctica. Y evidentemente, que nadie cuente con el PSC para dividir más aún a la ciudadanía de Cataluña. Vemos que hay una manera de hacer política, en general en muchos países occidentales, que busca siempre dividir, generar bloques. Y hay gente que fía todo su crecimiento electoral, todo su potencial, no a hacer propuestas sino a confrontar. A buscar conflictos. Si uno dice blanco, yo diré negro, si uno dice alto, yo diré bajo. Más para diferenciarse del adversario político que para resolver problemas. Esa es una posición política que nosotros no compartimos. Y menos en una situación de pandemia tan excepcional que requiere buscar consensos. La democracia es un sistema político que tiene como una de sus virtudes buscar consensos para ayudar a la sociedad. Desde siempre hemos sido respetuosos con nuestros adversarios políticos. Tenemos posiciones muy claras, estamos en contra de la independencia pero creemos que en Cataluña cabemos todos. La famosa frase de Tarradellas tan bonita: “Cataluña es suficientemente pequeña para que no sobre nadie y suficientemente grande para que quepamos todos”. Hay que trabajar por el reencuentro y esa es la agenda que tenemos los socialistas catalanes y españoles. Si alguien espera que ayudemos a dividir más, a confrontar más, no lo haremos. No es la forma de hacer política.
Salvador Illa, ministro de Sanidad, durante la entrevista con 'Crónica Global' / CG
--Con esta declaración de intenciones, y viendo por dónde irán las campañas del resto de los partidos, ¿el PSC está en disposición de entrar en un gobierno catalán?
--Ahora mismo, nuestra principal preocupación, también como formación política, es combatir la pandemia y reactivar la economía. La gente no piensa en las elecciones, piensa y exigie a los que tenemos responsabilidades políticas que hagamos todo lo que esté en nuestra mano para intentar resolver la situación, sin que nadie se quede atrás. Es importante que la semana pasada se rechazaran las siete enmiendas a la totalidad de los Presupuestos Generales del Estado, con un nivel de inversión sin precedentes y que continúan con el despliegue de un escudo de protección social muy alto. Esta es la prioridad. Evidentemente, estamos preparando el escenario electoral y, en su momento, confrontaremos nuestros proyectos políticos en los comicios, con la aspiración de ganarlos.
--¿Participará en la campaña de las elecciones catalanas?
--Evidentemente que haré todo lo que esté en mi mano para que el PSC y Miquel Iceta obtengan los mejores resultados y convencer al máximo número de ciudadanos de que nos den su apoyo.
--Hablaba antes de los Presupuestos Generales del Estado. Hay quien ha visto el pacto entre PSOE, Podemos y ERC sobre la reforma educativa y la enmienda que blinda el catalán como única lengua vehicular como una concesión a ERC. Ese pacto parece que es contradictorio con la flexibilización de la inmersión que aprobó el PSC en su congreso.
--Lo que se recoge en la Lomloe no es contradictorio con lo que aprobó el PSC, al contrario. Apostamos siempre porque las lenguas no sean, como algunos pretenden, un elemento de confrontación. Siempre hemos defendido y defendemos, en esa enmienda que usted menciona, que todo alumno de una comunidad autónoma con más de una lengua oficial acabe su círculo formativo con el dominio, como mínimo, de las dos lenguas oficiales. Entendemos las lenguas no como barrera de división social, sino como una riqueza y cohesión. Y lo que se recoge en nuestras resoluciones congresuales y en la reforma educativa es esto. Todo el mundo en Cataluña tiene que dominar al acabar su ciclo educativo el catalán y, por supuesto, el castellano, que es una de las lenguas más importantes del mundo hablada por más de 500 millones de personas. Y pensamos también en una tercera lengua. En eso trabajamos. Algunos sectores intentan siempre que esto sea un factor de confrontación, cuando debe ser todo lo contrario.
--¿Cuál es el legado del Gobierno catalán?
--Tanto este Gobierno de la Generalitat como el anterior han dejado un legado negativo para Cataluña. Me quiero quedar en esta adjetivación. Quizá lo peor no es que dejes una gestión muy mejorable, sino que dejes un legado de división en todos los sentidos. Las sociedades necesitan un consenso, una cohesión mínima para poder progresar en la que se comparten posturas políticas diferentes, lógicamente. Pero tiene que haber un mínimo de cohesión. Y estos últimos gobiernos han sido muy divisivos y eso no es bueno para Cataluña.
--¿Se pueden mantener las elecciones del 14F en una situación de Covid?
--Creo que sí. Veremos cómo llegamos al 14 de febrero, debemos garantizar que se hagan en un marco de seguridad en función de como esté la situación. Es un mal planteamiento insinuar, como hacen algunos, que se tienen que aplazar.
--Hay quien apunta a elecciones telemáticas.
--No, no, las elecciones tienen que ser presenciales.
--¿Qué balance hace de la convivencia del PSOE con Podemos en Madrid y de PSC con los comunes en Barcelona? Aquí hemos visto algunos desajustes en cuanto a la relación con las empresas, medidas de movilidad polémicas… y no parece que el PSC haya neutralizado eso.
--Nosotros no estamos para neutralizar nada. Formamos parte de dos gobiernos de coalición por los resultados electorales. En el Gobierno de España, la alianza con Podemos funciona razonablemente bien. Es obvio que ellos defienden políticas distintas, pero en asuntos cruciales se ha mantenido una sintonía muy importante. Por ejemplo, en cómo se tenía que afrontar la pandemia, cómo desplegar una red social y cómo reactivar la economía. En el caso del Ayuntamiento de Barcelona ya habíamos gobernado, con un peso inferior, en la segunda parte del anterior mandato con los comunes. Creo que el gobierno también funciona razonablemente bien y el PSC aporta una importante experiencia de gestión y un rigor en la toma de decisiones.
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