Nueva vuelta de tuerca tras la polémica celebración en la Sagrada Familia, que congregó a 600 personas este sábado, pese a las restricciones y limitaciones de aforo para frenar el Covid-19. Y es que esta mañana, el concejal de derechos sociales y ciudadanía, Marc Serra, ha afirmado tajante que el consistorio de Barcelona "no tenía constancia" del acto religioso. Una beatificación a la que acudió el teniente de alcalde de Seguridad, Albert Batlle.
Ante esta revelación, que le han deslizado durante una entrevista en RAC1, Serra ha intentado salvar la papeleta, después de subrayar una y otra vez que el acto se había llevado a cabo sin que el consistorio tuviera conocimiento y, muchos menos, según él, de otorgar ningún tipo de autorización para ello. Ha sido entonces cuando el locutor le ha preguntado por la presencia de Batlle, una información que le han hecho llegar desde el Arzobispado de Barcelona, y que ha echado por tierra la rotunda negación.
Asistencia a la celebración
Según han confirmado fuentes municipales a este diario, el responsable municipal asistió a la Sagrada Familia, "invitado" por el arzobispado. Una celebración a la que también acudió el comisionado de Diálogo Intercultural y Pluralismo Religioso, Khalid Ghali, quien va "a todos los actos de carácter religioso a los que le invitan".
También se dejaron ver en el templo el director de Derechos y de Entidades Jurídicas de la Generalitat, Xavier Bernadí, así como el cónsul británico en Barcelona, Andrew Gwatkin. Recuerdan además desde el ayuntamiento, que "la posibilidad de celebrar estos actos" es competencia del gobierno catalán, así como "las condiciones en que se llevan a cabo" y sus "aforos".
Por su parte, desde el arzobispado apuntan que, mientras Ghali acudió a la ceremonia "en representación oficial del ayuntamiento" --algo que desmontaría el argumento de Serra, quien señaló que el gobierno municipal no tenía "constancia" de dicho acto--; Batlle lo hizo "como católico, a título personal", por tanto, sin relación con su cargo público.
Funeral por las víctimas del Covid
Cabe recordar que ni la alcaldesa, Ada Colau, ni el propio Batlle acudieron el pasado julio a la misa que se celebró en la misma basílica en homenaje a los fallecidos durante la pandemia. Una ceremonia que el Arzobispado decidió llevar adelante pese a no contar con la autorización pertinente del Govern.
El argumento del responsable municipal fue que desde sus "responsabilidades en el gobierno de la ciudad", no podía "desatender las disposiciones del Govern". En esta ocasión, a pesar de que el acto no contaba "con autorización expresa" de la Generalitat, según ha detallado su presidente en funciones, Pere Argonès, Batlle sí ha asistido.
Sanción de Salut
Por su parte, el Departamento de Salut avanzó este sábado que investigará la concurrida beatificación, en pleno confinamiento perimetral de Barcelona. La intención es la de determinar si el evento, al que asistieron 588 personas, cumplió con las restricciones de contención del coronavirus.
La consejería que pilota Alba Vergés abrirá un expediente al Arzobispado de Barcelona por el riesgo epidemiológico que podría haber conllevado la celebración del acto religioso. Por lo pronto, desde el departamento aseguran que la beatificación generó un peligro "injustificable en la situación actual". También ha anunciado Salud que "reforzará las medidas" para que este tipo de celebraciones multitudinarias "no vuelvan a suceder".