Quim Arrufat rompe su silencio. El exdiputado de la CUP, también exportavoz de los anticapitalistas, ha explicado su versión después de que trascendiera que su antiguo partido lo investiga por presunto abuso sexual en el seno de la formación.

¿Qué dice? Que el último caso de violencia sexual se limita a "una frase en una conversación telefónica" que "alguien utilizó torticeramente" en el seno de los independentistas.

Lo sostiene Arrufat en una grabación desde su casa. En la misma, el exelecto, ahora implicado en el proyecto Sobiranies con el exlíder de Catalunya en Comú Xavier Domenech, asegura que "se ha hecho un uso torticero" de los protocolos internos feministas de la CUP. Indica que dichos mecanismos "son útiles", pero alguien los ha utilizado para "destrozar vidas". En concreto, dice el activista, la suya, pues subraya que pasó "una depresión" por este caso y tuvo que abandonar la lista electoral de los antisistema en Vilanova i la Geltrú (Barcelona), su pueblo natal, y desaparecer de la esfera pública.

"Extorsión y amenazas"

Admite que los protocolos internos feministas de la CUP gestionaron un caso suyo de 2014 que "ya está cerrado", y que, hace un año y medio, en 2019, le incoaron otro episodio de presunta violencia machista. Arrufat atribuye este segundo caso a una conversación telefónica que tuvo lugar tres años atrás y en la que, dice él, la chica al otro lado del aparato interpretó en un momento concreto que "la estaba amenazando por su trabajo".

El exdiputado en el Parlamento catalán asegura que "no fue ningún caso de violencia de género y él lo defendió durante cinco o seis reuniones internas", hasta que desistió. Ello le hizo tener que abandonar las listas de Vilanova y la CUP por, indica, "la beligerancia con la que se le trató". El independentista señala que el primer caso se cerró "satisfactoriamente" y el segundo "se ha saldado con extorsión y amenazas contra mí". Bajo su punto de vista "no hay nada inocente: no hay caso y el otro está cerrado".

Denunciará a 'Ara'

El antisistema valora que de aquel episodio se pasó a "ser portada de un periódico", en referencia a Ara, que avanzó la información. ¿Cómo? "Alguien vulneró los protocolos antiagresiones machistas de la CUP, que son necesarios y funcionan, pero quebraron su privacidad para hacerme daño. Los utilizaron con intencionalidad".

Es por ello que, dice Arrufat, se plantea tomar acciones legales en el campo de la rectificación contra el medio de comunicación porque "ha dañado para siempre su imagen pública". ¿Y con la CUP? "he enviado un escrito de 14 páginas al partido con fechas, nombres y lugares para ver cómo actúan". ¿Y si no lo hacen? "Me reservo el derecho a publicarlo porque el daño que se me ha hecho es irreparable", apostilla.