La presencia del Rey y del presidente del Gobierno en Barcelona para la entrega de premios de la BNew ha recibido una tímida respuesta por parte del independentismo. A pesar de los llamamientos a la movilización desde los sectores más radicales, las concentraciones han sido marginales, confirmando la tendencia a la baja de las últimas convocatorias.

 

 

Protestas en Barcelona por la presencia del Rey Felipe VI / EP

Por otra parte, el boicot de la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona al monarca tampoco ha empañado la visita de Felipe VI y Pedro Sánchez a la capital catalana, que también han incluido en su agenda un recorrido por la incubadora de empresas de la Zona Franca. Una minigira que ha sido valorada por una parte significativa del empresariado como una necesaria muestra de apoyo a la reactivación económica.

Felipe VI y Pedro Sánchez participan en la entrega de premios de la Bnew / EP

Pocos pero muy radicales

Las protestas organizadas por los CDR, Òmnium Cultural y la ANC apenas han movilizado a algo menos de un millar de personas, que no han podido acercarse a la estación de Francia, donde se celebraba el acto de la BNew entre fuertes medidas de seguridad. Además, al igual que la semana pasada --con motivo del tercer aniversario del 1-O--, los incidentes causados por los extremistas han sido menores.

Más allá de los lemas habituales contra el monarca --“Fuera el Borbón”, “Cataluña no tiene Rey”--, algunos de los concentrados han lanzado pintura a las dotaciones de antidisturbios de los Mossos d’Esquadra que protegían a los mandatarios, han quemado fotos del Rey y de Pedro Sánchez, han acosado a periodistas, y han proferido gritos a favor de la extinta banda terrorista Terra Lliure.

El despliegue policial como excusa

Los dirigentes independentistas han apuntado al amplio despliegue policial para justificar el fracaso de las movilizaciones contra el Rey. “Solo puede venir bunquerizando la ciudad, pero la realidad de dentro de ese perímetro no es la realidad de este país”, ha indicado el vicepresidente de Òmnium, Marcel Mauri, para explicar la floja presencia de manifestantes. Mientras que la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, ha lamentado que “los Borbones reinan en Cataluña desde hace más de 300 años por derecho de conquista”.

Otros dirigentes políticos presentes en la concentración también han arremetido contra el jefe del Estado. La concejal de JxCat por Barcelona Elsa Artadi ha asegurado que “el pueblo de Cataluña dice fuera al Borbón; a él y a toda su parentela corrupta y heredera del franquismo”. Ernest Maragall (ERC) ha denunciado que “cada visita del Rey es un pequeño estado de excepción”. Carles Riera (CUP) ha asegurado que “nosotros no hemos tenido, ni tenemos, ni tendremos rey”.

Manifestantes agreden a la periodista Mayka Navarro / TWITTER

El Gobierno mira al empresariado catalán

La visita de Felipe VI y de Pedro Sánchez a Barcelona se produce dos semanas después de la polémica ausencia del monarca en la entrega de despachos a los nuevos jueces, un acto que tradicionalmente presidía. Con este viaje, anunciado casi por sorpresa, el Gobierno trata de zanjar la controversia generada entonces entre Moncloa y Zarzuela. 

Además, el Ejecutivo busca estrechar lazos con el tejido empresarial catalán, un aliado fundamental para la recuperación económica. De hecho, el monarca en su discurso además de apelar a la unidad y a la estabilidad para superar la crisis, ha tenido palabras de elogio para Barcelona por su “carácter cosmopolita y moderno” y por ser “un referente de innovación del sur de Europa”. Todo ello, un día después del encuentro del ministro de Transportes, José Luis Ábalos, con los principales agentes económicos catalanes --Foment, Pimec, Círculo de Economía, Cámara de Comercio de Barcelona y sindicatos-- en el que se comprometió a aumentar las inversiones en infraestructuras en Cataluña.