Los movimientos diplomáticos son constantes en las últimas semanas. Hay nerviosismo por los cambios que plantea el Gobierno, con el Ministerio de Asuntos Exteriores, que dirige Arancha González Laya, en plena ebullición al promover sustituciones en las principales embajadas españolas en Latinoamérica. Y el cambio que causa mayor malestar, con comentarios sobre la “poca idoneidad”, es el de Cuba, con la elección “política” de Ángel Martín Peccis, que desde 2005 es director de la Oficina en Colombia de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI),
Peccis, nacido en Zaragoza y licenciado en Ciencias Políticas y Sociología, sustituirá en los próximos meses a Juan Fernández Trigo, embajador en La Habana, que será destinado a Caracas (Venezuela) y quien es sustituto, a su vez, de Jesús Silva. Será el quinto embajador “político”, que no pertenece a la carrera diplomática, que ha nombrado el presidente Pedro Sánchez. En este caso, sin embargo, a Peccis no se le conoce una vinculación con el PSOE, o un acercamiento a los socialistas.
¿Como Trillo o Vázquez?
El malestar, en todo caso, es grande entre el cuerpo diplomático español, al entender que la plaza de Cuba “es de gran importancia y merece a alguien con mucha experiencia y conocimiento de la isla, por todos los negocios e inversiones españolas que están en juego”.
Esas decisiones suelen concitar rechazo entre los diplomáticos, aunque se entiende el nombramiento “político” en ciertas capitales, de políticos con larga trayectoria, como fueron los casos de Federico Trillo en Londres o de Francisco Vázquez en el Vaticano.
Sin una "gran trayectoria"
El quinto embajador “político” en la era Sánchez será Peccis, después de los miembros de la Ejecutiva del PSOE Manuel Escudero y Andrés Perelló, al frente de las embajadas españolas ante la OCDE y la Unesco; de Ángel Ros, exalcalde de Lleida, como embajador en Andorra, y de la exministra y exdiputada Carmen Montón como representante ante la Organización de Estados Americanos (OEA).
En cualquier caso, el nombramiento de los embajadores es una competencia del Gobierno que se aprueba en los consejos de ministros. Un embajador no tiene por qué ser un diplomático de carrera, a diferencia de los puestos que quedan por debajo. El problema en este caso es que se trata de Cuba, “de una gran sensibilidad para España”, y se entiende que Peccis “no ofrece una gran trayectoria”.
Condecorado por Santos
Como bagaje en Colombia se señala que firmó convenios desde la oficina de la OEI, un organismo cultural, con el Congreso y el Senado colombianos para supervisar la aplicación del Acuerdo de Paz entre el Gobierno de Colombia y las Farc. Y recibió la Cruz de Boyacá por parte del presidente Juan Manuel Santos, aunque en la última etapa de Santos proliferaron, señalan las fuentes consultadas, ese tipo de condecoraciones.
El malestar se reitera ahora después de otras designaciones del Gobierno de Pedro Sánchez, especialmente la de Montón. La Asociación de Diplomáticos Españoles (ADE) ya mostró su desacuerdo en el mes de marzo por los nombramientos de embajadores “políticos”, al entender que se debe siempre “garantizar el mérito e idoneidad necesarios” para asumir esas responsabilidades.