¿Una estafa que puede beneficiar a unos pocos? Una empresa de asesoramiento financiero registrada en Londres, en junio de 2020, ha dado pie a la fintech Onze, el banco digital que el independentismo desea sacar adelante para lograr una alternativa a las entidades financieras “españolas”, entre ellas Caixabank, que no deja de recibir reproches desde ese ámbito, tras el anuncio de fusión con Bankia, participada por el Estado. Se trata de la firma La Fed Management Company LTD, registrada el 23 de junio en Londres, ubicada en 47 Melbury Road, Flate, con un único accionista, el financiero británico Farhaan Mir, asesor de Family Office, entre otros negocios financieros. 

Es esa compañía la que está detrás de Onze, un banco digital que espera recibir la ficha bancaria por parte del Banco Central Europeo, y que ha promovido la entidad independentista Units per la Independència, que dirigen Isabel Castro y Carles Santacruz. Este último ha declinado comentar con este medio los proyectos en marcha de Onze, al remitir a los medios a los canales de la entidad. Por ahora, sus promotores quieren guardar el más absoluto silencio.

Financiero británico exsocio de Victor Prat

Pero quien ha registrado la empresa es el financiero de nacionalidad británica Farhaan Mir, que se ha centrado en la gestión de patrimonios familiares y que ha trabajado en fondos como Bearing Group, en Barcelona, en Meriden Capital, y, en la actualidad en M3 Ventures. En Meriden Capital, con sede en Barcelona, Mir ha sido socio del empresario catalán Victor Prat-Heimerl, a través de Institutional Clients, junto a Santiago del Solar y Joan Resta. Los vínculos con Barcelona llevaron al financiero británico a participar en el programa Barcelona Do it, de Barcelona Activa, con vídeos promocionales en los que se alentaba a poner en pie proyectos internacionales desde la capital catalana.

Ahora, Mir se ha aventurado con el banco digital Onze, que ha supuesto un incentivo para el independentismo irredento, que no quiere saber nada de los partidos políticos nominalmente independentistas, al entender que se desaprovechó la ocasión de implementar la República tras el referéndum del 1 de octubre.

¿Sede en Londres?

Las críticas, sin embargo, proliferan en las redes sociales y en los chats independentistas sobre la iniciativa, al dudar sobre la viabilidad del proyecto y al hecho de que la “sede” se encuentre en Londres. Diversos comentarios señalan que puede ser “una estafa”, y una forma de negocio a costa del entusiasmo independentista, al insistir en que el proyecto se ha ubicado en la capital británica, y que, con las intenciones de Boris Johnson, el Reino Unido podría apostar por transformarse en una especie de Singapur, fuera de la UE.

 

En ese sentido, Carles Santacruz sí se ha manifestado en los chats, al señalar que “en ninguna parte se dice que la sede estará en Londres, y eso lo garantizo, porque soy uno de los promotores”.

Santacruz y el independentismo unilateral

Santacruz es un viejo conocido del independentismo, que formó parte del proyecto Solidaritat Catalana, que había impulsado el notario Alfons López Tena. En las elecciones de 2012, donde Santacruz figuraba en las listas al Parlament, el partido perdió su representación. Santacruz proviene de Esquerra Republicana, donde fue un dirigente comarcal del Vallès Occidental. Ahora, con Units per la Independència, que es un think tank que promueve la vía unilateral, intenta poner en marcha ese banco digital, que es una de las obsesiones del independentismo, al entender que todo el sistema financiero catalán ha quedado en manos “españolas”. Y está apoyado por Isabel Castro, una activista empeñada en hacer realidad la “República catalana”.

La cuestión es que Onze desea obtener una ficha bancaria por parte del Banco Central Europeo desde el registro de la empresa en Londres y cuando ya se ha firmado el acuerdo del Brexit, por lo que el Reino Unido queda fuera de la Unión Europea. Fuentes financieras consultada por Crónica Global señalan que el problema no es que esté en Londres, si no si “reúne o no” todos los requisitos que pedirá el BCE para ofrecer esa ficha bancaria. Podría pedirla al Banco de Inglaterra, y operar desde Londres, bajo el regulador inglés --es una fintech y todos los movimientos y gestiones se realizan on line-- o pedirla al Banco Central Europeo. Pero no supondría un problema insalvable el hecho de que se haya dado ese primer paso en la capital del Reino Unido.

La ficha bancara, ¿desde una república báltica?

Los promotores se vanaglorian de que, con ello, el banco queda libre de la vigilancia del “Banco de España”, pero, en cualquier caso, el Banco de España no tiene la última palabra. “Hubiera tramitado la petición al BCE, de igual manera que lo deberán hacer ahora desde Londres”, señalan las mismas fuentes financieras. O dede el país que busquen los responsables de Onze. Analistas financieros señalan que Onze puede pedir la ficha bancaria a una de las repúblicas bálticas, que están en la zona euro, y que, además, mostraron sus simpatías con el movimiento independentista. En ese caso, si los bancos centrales de Lituania, Estonia o Letonia aceptaran las condiciones de la fintech, “el Banco Central Europeo no pondría muchas objeciones y tramitaría la ficha bancaria, porque lo ha pedido un miembro de la UE, y, en el caso de las repúblicas bálticas, se da la circunstancia de que tienen buena imagen por su gestión económica”, añaden las mismas fuentes.

La sede del banco, pese a todo, no estará en Londres, como señala Santacruz. Y sí deberá tener alguna sede en el país en el que pida esa ficha bancaria, una oficina, aunque sea un banco digital.

Aprovechar la nueva legislación

La figura de Farhaan Mir ha sido indispensable para asesorar y poner en pie el proyecto, como buen conocedor de la banca de inversión, pero el objetivo es lograr esa ficha bancaria de un país miembro de la UE, amparándose en la normativa aprobada en 2017, la llamada PS2 que permite que una entidad de la UE opere en los países miembros de la Unión. Ya existe un grupo de entidades con esas características como Monzo, Starling Bank o Revolut.

El objetivo de Onze es llegar a un potencial de 3,4 millones de clientes, todos ellos digitales, y cerca de un millón de empresas, principalmente pimes y autónomos, con la esperanza de que se sientan atraídos por el componente ideológico, además de por los servicios, basados en comisiones mínimas.