Aunque el ya extitular de Interior ha asegurado que encaja con "deportividad" su cese, no ha podido evitar emocionarse. Miquel Buch, que ha desvinculado su destitución del PDECat, ha dejado entrever que sus encontronazos con Quim Torra por la actuación policial para frenar los disturbios que protagonizaron manifestantes independentistas tras la condena del 1-O, han sido el principal motivo de su salida del Ejecutivo autonómico.
La clausura de la escuela de verano del Institut de Seguretat Pública a Catalunya (ISPC), poco después de conocerse la decisión del presidente de la Generalitat, se ha convertido en una entrevista, en la que la conductora, Mònica Terribas, ha sonsacado a Buch, quien ha admitido lo que ya era público y notorio: el rechazo de Torra hacia la labor de los Mossos d'Esquadra durante los desórdenes públicos que se extienderon por Cataluña, especialmente su capital, en octubre del pasado año, tras el fallo del Tribunal Supremo.
Emocionado
La actitud del que entonces era jefe político de la policía fue defender a los agentes, lo que no solo causó la irá de los sectores más radicales del soberanismo, sino del propio president, que ya entonces valoró su cese. Preguntado por como encara el futuro, el también exalcalde de Premià no ha podido contener las lágrimas y ha avanzado que lo primero que hará será explicar a sus hijos que "se ha acabado".
Sobre sus dos años al frente del departamento, Buch ha admitido que es un puesto ingrato. "Es una tarea que sabes que criticarán hasta los de tu propia bancada", ha lamentado. Y es que durante esos días, los que podrían haberle costado el cargo, no contó con el apoyo de ni de su propio partido.
Buch ha dicho que hubiera encontrado coherente que Torra lo hubiera cesado cuando se produjeron los choques, pero no ahora. El momento elegido, ha dicho, debe obedecer a los cálculos que ha hecho Torra para las consecuencias de la decisión del Tribunal Supremo sobre su inhabilitación, lo que ocurrirá el próximo día 17.