El independentismo catalán más ultra parece haber encontrado un nuevo destinatario sobre quien cargar su frustración y sus iras. Se trata del lendakari vasco Iñigo Urkullu, recién reelegido en el cargo tras haber ganado las elecciones autonómicas del pasado 5 julio con el Partido Nacionalista Vasco (PNV).

Urkullu, que ahora inicia su tercer mandato, ha sido noticia en los últimos días al haber revelado los documentos de su papel como mediador entre los dirigentes de la Generalitat y los del Gobierno central durante las convulsas semanas del referéndum ilegal de secesión del 1-O y la declaración unilateral de independencia (DUI) de Cataluña, en octubre de 2017. Unos análisis publicados en El Periódico de Catalunya y que difieren en parte de la versión dada por el expresidente fugado Carles Puigdemont sobre aquellos días. Así, el dirigente vasco subraya que él nunca ha sido partidario de ir por las bravas con la unilateralidad, que el prófugo tampoco la deseaba, y que su decisión de llevarla a cabo fracturó incluso a su propio partido, el PDECat.

"Lameculos" y "cantamañanas"

Todo ello parece haber sembrado un hondo malestar entre los defensores más acérrimos de Puigdemont y de otros mandatarios posconvergentes. Es el caso del exdiputado de la CUP Antonio Baños, quien en su habitual tono crispado y carente de educación le ha dirigido gruesos insultos en sus redes sociales.

"La definición más ajustada del tal Urkullu sería la de lameculos, ¿no? Aparte de cantamañanas, claro", ha espetado Baños, en la actualidad presentador de la televisión pública barcelonesa Betevé y tertuliano de este mismo canal y de medios afines y subvencionados por la Generalitat como RAC1.