El expresidente de la Generalitat, José Montilla, sabía muy bien que quería transmitir en el Parlament. Y, en la comisión de asuntos institucionales, ha justificado su nombramiento como consejero de Enagás, a pesar de las críticas recibidas. Los motivos, a su juicio, para aceptar la decisión empresarial son claros: porque se trata de un consejero “Independiente”, por su “experiencia y conocimiento” en el sector –fue ministro de Industria en el gobierno de Rodríguez Zapatero--, porque puede compatibilizar el cargo con su trabajo como expresidente y “porque lo permite la ley”.
Las cuestiones estéticas, o políticas, no deberían importar, a juicio de Montilla, que se ha escudado en la “legalidad” del nombramiento. En todo caso, el expresidente catalán ha rechazado en reiteradas ocasiones que se trata de un caso de “puertas giratorias”.
Utilizar medios públicos
Su circunstancia, pese a todo, le permitirá cobrar de Enagás, pero manteniendo la oficina de expresidente de la Generalitat, y tras renunciar al salario por ese cargo institucional.
Lo que quería constatar Montilla, pese a la oposición de Ciudadanos, Esquerra, Junts per Catalunya y la CUP, es que nunca ha utilizado medios públicos para su actividad privada: “Los que dicen lo contrario, mienten”, ha sentenciado. Para Montilla hablar de puertas giratorias o de influir políticamente en ese nombramiento no tiene sentido, porque dejó de ser ministro de Industria hace 14 años, y abandonó la presidencia de la Generalitat hace diez años.
La CUP "miente"
¿Hay algún resquicio, desde el punto de vista legal, que impida ese nombramiento? Montilla, a preguntas insistentes de los partidos en el Parlament, ha señalado que la ley de expresidentes de la Generalitat no establece restricciones y que no tiene ninguna intención de utilizar la oficina de expresidente para trabajar para Enagás. Molesto por las reiteradas críticas de los grupos, en particular de la CUP, que ha considerado que Montilla forma parte de una “mafia”, el expresidente ha clamado que no lo podía tolerar: “Eso es un insulto, yo no formo parte de ninguna mafia. No, eso no, eso no, señor Riera (en referencia al diputado de la CUP, Pere Riera). No sé quién forma parte de mafias, yo le puedo asegurar que no, y eso es un insulto”.
Molesto con esas intervenciones, Montilla ha querido precisar, ante la evolución de la comisión parlamentaria. “Es una comparecencia para informar, no para rendir cuentas de nada, no estamos en una sesión de control”, ha zanjado.