Felipe González se expresa con crudeza, pero huye del pesimismo. El expresidente del Gobierno reclama que es el momento en España de poner en marcha “una sucesión de pactos” para poder salir de la crisis, entendiendo que esa cuestión no será suficiente, pero sí “necesaria”, y que apela a todos los actores políticos, sociales y económicos: “Nadie puede escatimar esfuerzos para llegar a pactos”. Y se deben dejar, a juicio de González, “todos los prejuicios a un lado”, en una alusión a la supuesta incompatibilidad entre los acuerdos a los que puedan llegar el Gobierno de Pedro Sánchez con Ciudadanos o con los partidos que le facilitaron la investidura, entre ellos ERC. Su receta es poner en marcha "una metodología de pactos" que aborde cada uno de los sectores penalizados por la crisis del Covid-19.
González ha abordado los problemas del sector turístico en un webinar organizado por Amancio López, el presidente de Hotusa. Pero el expresidente se ha referido también al conjunto de la economía española, con algunas advertencias claras que pueden incidir en el socio de coalición de Pedro Sánchez: el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias. El problema de fondo es que las ayudas europeas que puedan llegar, producto de ese fondo de reconstrucción de 750.000 millones de euros que ha aprobado la Comisión Europea --aunque se sigue negociando con los llamados países frugales de la UE-- estarán condicionadas, se diga o no así. “Cuando se habla de que no pueden estar condicionadas, me pregunto qué se había pensado previamente, porque claro que lo estarán, en función de unas reformas para el conjunto de Europa en una dirección determinada, con objetivos convergentes, porque por eso se inyectará tan enorme cantidad de recursos”.
Proyectos del Gobierno y de la Unión Europea
Esos objetivos, sin embargo, “pueden encajar perfectamente con las necesidades de España, y sería bueno ofrecer proyectos que fueran en esa dirección”, señala González, en relación a los planes para la digitalización de las empresas, para la sostenibilidad ambiental con energías renovables. Un conjunto de planes, además, “que engarzan con el turismo, porque también necesitará esas reformas”.
González ha ahondado en esos miedos sobre lo que pueda llegar de Europa, al entender que se ha producido un enorme equívoco. Con el recurso de los hombres de negro, con la crisis de 2008, y los objetivos de austeridad, ahora, la posible condicionalidad de las ayudas de la Comisión Europea se percibe con cierta inquietud. Para González, las cosas han cambiado de forma sustancial, y se ha planteado un fondo de reconstrucción que se financiará con “deuda europea”. Precisamente, ese esfuerzo comportará la reclamación de proyectos que se puedan financiar con esos recursos, y eso es lo que le reclama el expresidente al Ejecutivo español.
Nadia Calvino es "Europa"
Pero en España se debería superar cualquier recelo sobre Europa como si fuera una imposición, porque Europa es también España y, esta vez, en la sala de máquinas pueden estar representantes españoles. “Cuando se habla de Nadia Calviño y de lo que puede o no esperar de Europa, no se ve que ella sabe que es parte de lo que se decida en la Unión Europea, porque la UE somos nosotros”, ha clamado González, con cierto hastío por achacar las supuestas imposiciones a Bruselas, como si se tratara de algo totalmente ajeno.
Para poder realizar esos planes, e integrarse en los proyectos europeos que transformen los fundamentos de la economía a medio plazo, España debe aparecer también como un país cohesionado. Eso es lo que, sobre el papel, pretende el Gobierno de Pedro Sánchez, aunque las diferencias con el líder del PP, Pablo Casado, se mantienen. La idea de González es que quien quiera que España salga lo antes posible de la crisis deberá ayudar. “Supongo que de los 350 diputados, habrá 300 por lo menos que lo vean así”, ha señalado, en referencia a los partidos nacionalistas o independentistas que mantengan sus proyectos rupturistas. “No tengo ni una mala palabra ni nada contra nadie, teniendo en cuenta que la Constitución española no tiene un carácter militante y que se puede pedir otro ordenamiento jurídico. Lo que digo es que si se tiene otra alternativa, que se ponga sobre la mesa, si se cree que podemos lograr otros 30 años de certidumbre y de cierta seguridad”.
Prorrogar los ERTE
Por ello, se ha felicitado por el papel que ha adoptado Ciudadanos, que se ha acercado al Gobierno de Pedro Sánchez. Pero eso no será “suficiente”. A su juicio, lo que toca ahora son “acuerdos, una sucesión de acuerdos, con sindicatos, con empresarios, con todos los sectores, buscando ahora que los ERTE no se transformen en ERE, porque en caso contrario, todos deberían asumir sus responsabilidades”, ha insistido González.
De todas formas, en ese tira y afloja que González mantiene con el Gobierno de coalición de Pedro Sánchez --más con Unidas Podemos que con el propio Sánchez o con el resto de ministros socialistas--, el expresidente ha querido marcar doctrina económica al referirse a las decisiones del Gobierno alemán de Angela Merkel, que ha utilizado su enorme capacidad fiscal para apoyar a sus empresas estratégicas: “Lo han hecho bien, y debemos decirlo, con 9.000 millones, por ejemplo, inyectados en Lufthansa, y con una práctica correcta: el Gobierno entra en el consejo de administración para responsabilizarse de las decisiones que se tomen, y saldrá cuando la situación se recupere”. No se trata, por tanto, de nacionalizar o “estatalizar” empresas. “En España, el mayor estatalizador del siglo XX se llama Francisco Franco, que convirtió el INI en un fondo con un montón de empresas con un coste imposible. Y yo digo, aunque me tachen de neoliberal, que no creo que el Estado se deba llenar de grasa”.
Fiel, no obstante, a su propia personalidad, González se ha dirigido a Amancio López con un tono optimista, tras un coloquio que ha conducido el director de La Vanguardia, Jordi Juan: “El turismo sufrirá ahora una caída, pero se recuperará, y sepamos seguro que seguirá creciendo en poco tiempo. El futuro está garantizado, porque se mantendrá el deseo de conocer al otro, de viajar sin un interés concreto, sea por negocios o por otra circunstancia. Y Europa, con el 7% de la población, se mantendrá como primer destino y primer emisor del turismo”.