Abusos laborales, violaciones de derechos, precarización de los trabajadores, politización de la plantilla, nepotismo, mala gestión… De esta forma describe un exempleado de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) el trato que la entidad independentista, en fase de renovación de sus estructuras de dirección, da a sus empleados.

El relato que Christophe Bostyn, que se presenta como profesor, escritor y experto en comunicación, ha hecho en las redes sociales describe al detalles esos supuestos abusos laborales en la entidad presidida ahora por Elisenda Paluzie. Y aporta documentación.

Asegura que, durante dos años, los trabajadores han intentado solucionar la situación de forma interna sin éxito. “Entré en la ANC en abril de 2017, después de tres años de voluntariado”, explica. Se le aseguró que recibiría 1.400 euros mensuales, una cifra que “me parecía poco”, dada su condición de licenciado, pero “poc sabía que hay gente en la ANC, casi en edad de jubilación que cobran sueldos mileuristas”.

"Comportate o te echamos fuera"

El denunciante firmó un contrato temporal por una plaza fija. “Firmé tres contratos de seis meses antes de ser indefinido. Después entendí el motivo (…) evidentemente el de siempre donde se cultiva la subordinación y la dominación del trabajador: compórtate y haz lo que te digamos o te echaremos fuera. De hecho es lo que nos dijo Joan Canadell un día”. Se refiere al presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, miembro de la ANC, quien hizo “una oferta infumable” a los trabajadores.

Califica la ANC como una entidad con buenas intenciones, pero "un desastre en la práctica". Y tras concluir que “pasaban demasiadas cosas intolerables en el ANC”, informó al nuevo coordinador de su comisión. Pero sin éxito. Tampoco lo tuvo el intento de hacer una asamblea de trabajadores, aunque el octubre de 2018 elaboraron un documento de mejoras.

“Gente que se iba desgastada y por asco con la situación laboral de la Asamblea”, describe el exempleado, quien reprocha a Paluzie que acudiera a “hacer grandes discursos el 1 de mayo sobre la República de los Derechos Sociales, pero en casa propia ‘que no se quejen, en la universidad la cosa es todavía peor’”.

El denunciante acusa a Canadell de pagar un plus de productividad “a los trabajadores que se comportan”