Diez años sin invertir en Nissan. Y eso va tanto por el Gobierno como por la Generalitat. El primero afrontó el problema hace año y medio, cuando la situación de la automoción en general, y el de las factorías japonesas en nuestro país en particular, arrojaba ya claras señales de alarma. La segunda lo hizo a remolque del Ejecutivo español y de forma unilateral, negándose a hacer un frente común. “Las broncas entre ambos gobiernos son conocidas en el sector de la automoción”, explican a Crónica Global fuentes conocedoras de las negociaciones sobre el cierre de la factoría nipona en Cataluña.

El proceso ha saldó con un acuerdo in extremis entre las administraciones central, autonómica y el Ayuntamiento de Barcelona para la fabricación del coche eléctrico Ariya en la planta de la Zona Franca por valor de 400 millones. Insuficiente, porque si no hay sorpresas de última hora, hoy está previsto que la empresa japonesa anuncie su marcha de Barcelona, e incluso de Europa. Algo que el comunicado conjunto emitido ayer por Nissan, Renault y Mitsubishi parece confirmar.

Representantes del comité de empresa de Nissan en Barcelona / EP

Lo cierto es que la Generalitat nada ha hecho por salvar los 3.000 empleos directos y 20.000 indirectos que supone la marcha de Nissan, o por indagar sobre las causas de la debacle. El viaje que la consejera de Empresa, Àngels Chacón, hizo a Japón para reunirse con los directivos de Nissan fue vendido después como un éxito, pero en realidad se saldó con un berrinche por parte Chacón cuando constató la gravedad del asunto. Y como suelen hacer los independentistas en estos casos, no solo le echó la culpa a la Administración central, sino que le pidió explicaciones.

“El Govern sabía desde hace años que Nissan perdía producción, que la planta de Zona Franca, al igual que la factoría de Cantabria, se había deteriorado mucho en comparación con la de Ávila, donde sí se hizo una reconversión”, explican las citadas fuentes. “Pero es que, además, a Chacón se le advirtió de que la cosa no pintaba nada bien, pero decidió irse sola a Yokohama, donde fue recibida por dirigentes de cuarta fila”, añaden.

Ninguna interlocución desde hace seis meses

Eso ocurría en noviembre de 2019. Desde entonces, los rumores sobre el cierre de la planta no han cesado y la interlocución entre la Generalitat y la empresa japonesa ha sido prácticamente nula, pues ”Nissan no consideraba interlocutor válido al Govern, que solo actuó cuando supo que el Gobierno se había puesto manos a la obra”, explican estas fuentes conocedoras.

 
Planta de Nissan en Zona Franca de Barcelona / NISSAN

Conscientes del grave riesgo de cierre de las plantas de japonesas en España, el actual Gobierno de Pedro Sánchez no ha concedido ninguna subvención a la multinacional. Eso sí, reclamará 1.000 millones en compensación por los despidos si se confirma la deslocalización. Aunque es una cifra que puede ser más elevada si se incluyen los perjuicios reputacionales.

Las subvenciones del Govern

El secretario general de Industria, Raúl Blanco, se reunió el lunes de forma telemática con los comités de empresa de Nissan, a los que prometió luchar hasta el final. Por su parte, el vicepresidente catalán, Pere Aragonès, aseguró que el Govern está “monitorizando la situación de Nissan”.

La Generalitat sí que invirtió en forma de subvención en una planta de pinturas --por un importe de 3 millones distribuidos en las anualidades 2020, 2021 y 2022-- que el grupo nipón no llegó a construir. A Nissan, por tanto, le saldría cara su marcha, sobre todo porque, como parece, renuncia al mercado europeo, léase, a las ayudas de la eurozona.

Presupuesto de apoyo a la industria por parte de la Generalitat / CG

Por el contrario, a la Generalitat le ha costado muy poco dinero mantener el sector de la automoción en Cataluña. Principalmente porque la inversión en estos últimos años ha sido mínima, como explicó este diario. Los presupuestos de 2020 solo dedican 2,9 millones al sector del autómovil, 10 veces menos de lo necesario, según ha admitido la propia consejera Chacón, enfrentada a Aragonès y el presidente Quim Torra.

La política industrial del Govern en general y de la automoción en particular está lejos de ser una prioridad. El Pacto Nacional para la Industria 2017-2020 concluye a finales de este año sin que su presupuesto se haya ejecutado --1.800 millones-- y sin previsiones para 2021. Respecto al gasto de la Generalitat, se ha pasado de los 163 millones que la Generalitat destinaba en 2010 al apoyo industrial, a los 33 millones en 2016. El gasto aumentó algo en 2017, con 52 millones, pero se redujo en 2019, con 47 millones. Para 2020, la cifra asciende a 51 millones