Las prisas son malas consejeras. Y en asuntos arqueológicos, toda prudencia es poca. Resulta que la alcaldesa de Girona, Marta Madrenas, impaciente por anunciar el hallazgo de una supuesta escultura del siglo XVIII, ha confundido la pretendida pieza histórica con un adorno de discoteca.
El pasado día 3, la primera edil neoconvergente expresaba su orgullo y satisfacción por el hallazgo de una escultura que "incluso podría ser del siglo XVIII o anterior". También se refería al susto de los vecinos de la zona, cuando vieron en el fondo del río un rostro que parecía humano.
Sin embargo, el Diari de Girona publicaba al día siguiente detalles sobre el busto, en realidad una réplica creada por el artista gerundense Jordi Mitjà, para una performance en la Sala del Cel --una discoteca de música máquina que encumbró al Dj David Pastillas--. El artista regaló una de esas piezas al fotógrafo Xavi Montojo, que vivía en una de las casas que dan al río Onyar, justo donde se localizó la escultura. Es decir, que la bautizada como la dama de l'Onyar, que a Montojo le desapareció en 1997 o 1998, según explica el rotativo, es en realidad un pieza de lo más ninety.
El caso recuerda mucho al del paleontólogo Eudald Carbonell, quien en 2010 confundió los garabatos de unos niños con una inscripción de la Guerra Civil. Carbonell dirigía el programa Sota terra de TV3, donde difundió el hallazgo.