Malestar creciente con Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno se ha encontrado con la fuerte oposición del lehendakari Iñigo Urkullu en la reunión con los presidentes autonómicos. La petición es que se retire ya el estado de alarma, y se establezcan planes bilaterales para acordar la llamada desescalada, pero desde la recuperación de las competencias del autogobierno.
Urkullu ha iniciado un camino ya de ruptura con Sánchez, a pesar de que el PNV se ha mostrado hasta ahora como el socio más estable del Gobierno de coalición que preside Sánchez. La necesidad de recuperar las competencias, ante la inmediatez de la convocatoria electoral en el País Vasco, ha llevado a Urkullu a “formalizar” esa oposición con el estado de alarma, que Sánchez quiere prorrogar por quince días más, y así lo solicitará en el Congreso este miércoles.
En contra de la provincia
Urkullu no está solo. De hecho la misma petición la ha formulado el presidente gallego, Alberto Nuñez Feijóo, y el presidente de la Generalitat, Quim Torra, que ya ha anunciado el voto en contra de Junts per Catalunya en la votación en el Congreso a la prórroga del estado de alarma.
Pero el malestar es general entre el resto de las autonomías, también la de algunas gobernadas por el PSOE, como Aragón o Castilla-la Mancha. En los dos casos, el enojo se basa en la elección de la provincia como la división territorial para iniciar la desescalada.
Existe un tercer factor que une a todas las autonomías: el hecho de que Pedro Sánchez reúna a sus presidentes los domingos, aunque los anuncios de medidas ya los ha formulado él mismo en sus comparecencias de los sábados.
El "mejor instrumento" en la Constitución
El factor diferencial, sin embargo, es ahora Urkullu. El lehendakari ha señalado que se puede garantizar la salud pública y la vuelta a la “normalidad institucional” con un resultado “más democrático” a través de la Ley Orgánica de Salud Pública de 1986 y la Ley General de Salud Pública de 2011, y, respecto a la propia legislación vasca, a la ley de Ordenación Sanitaria de 1997. Urkullu ha sido categórico: “Sabéis todos lo que pienso de esta forma e actuar, pero mi disposición a la colaboración es plena. Me gustaría escuchar si no he actuado con lealtad a la colaboración”, ha señalado en la reunión.
¿Y Sánchez? El presidente del Gobierno ha insistido en que se somete cada quince días al control del Congreso con sus peticiones de prórrogas del estado de alarma, y que es el “mejor instrumento” que permite la Constitución para controlar la crisis sanitaria.