El hecho de que el independentismo catalán haya utilizado una coyuntura tan grave como la pandemia del coronavirus para seguir atacando a España y su instituciones ha traspasado las fronteras. En Francia, país también seriamente golpeado por el virus, el diario Le Monde ha publicado un artículo en el que afea la conducta de los políticos separatistas y la utilización que hacen de esta circunstancia para continuar con su espiral de agravios al Estado.
Bajo el título de En Cataluña, una lucha contra el coronavirus… y contra ‘el Estado español’, el rotativo galo recoge episodios como la polémica generada con el envío de mascarillas del Gobierno central a la Generalitat, cuando diversos miembros del Govern, en especial el conseller de Interior, Miquel Buch, no dudaron en señalar que se trataba de una humillación porque el número de estos elementos de protección que llegó a la comunidad autónoma fue de 1,714 millones para hacer coincidir la cifra con el año del fin de la Guerra de Sucesión, 1714, que el nacionalismo ha tomado como un símbolo de sus derrotas frente al Estado.
Culpas al Gobierno central
En realidad, la cifra no obedecía sino a un mero reparto en función de criterios de población entre las diferentes comunicades autónomas, aunque el Gobierno de la Generalitat se empeñara en asegurar que no se trataba de una casualidad.
Del mismo modo, Le Monde llama la atención sobre la circunstancia de que diversos miembros del Ejecutivo catalán han culpado directamente del impacto del coronavirus en el territorio a la gestión de la crisis por parte del Gobierno central y han asegurado que si Cataluña hubiera sido independiente hubiera afrontado la situación de forma más diligente.
El artículo incide en el hecho de que desde la Generalitat se ha atacado al Gobierno por decretar el estado de alarma al entender que se trata de una simple excusa para reducir las competencias autonómicas y también para forzar la presencia del Ejército, que en realidad se ha desplegado por todo el país para apoyar en la lucha contra la pandemia.