Los conductores de los autobuses de Lleida podrán decidir si un usuario podrá utilizar o no el transporte público según su aspecto y/o actitud. Esta es una de las medidas del Ayuntamiento de Lleida como propuesta para reducir la expansión del coronavirus en la ciudad. El alcalde ilerdense, Miquel Pueyo, ha dicho literalmente que "se facultará a los conductores para prohibir el acceso de alguna persona que no inspire confianza".
Además de ello, el trabajador podrá limitar el número de pasajeros que podrán entrar en cada vehículo, con la finalidad de evitar aglomeraciones.
Medidas gubernamentales
Las decisiones respecto al transporte local tomadas en Lleida llegan después de que la Generalitat y del Estado hayan aumentado las medidas para evitar contagios de coronavirus. Pueyo ha explicado a los medios de comunicación que la Paeria ha firmado el decreto que regula la puesta en marcha de tales medidas.
A partir del viernes 13 de marzo, y hasta el 27 del mismo mes, se suspenderán las actividades de ludotecas, hogares de jubilados, escuela de arte de Lleida, conservatorio, aula municipal de teatro, Casal de la Dona, biblioteca del barrio de Pardinyes y otras salas. Tampoco se celebrarán mercados al aire libre durante el fin de semana y las actividades extraescolares organizadas por el Ayuntamiento de Lleida.
Actos religiosos
Respecto a la actividad religiosa de la ciudad, también se verá afectada, habida cuenta de que se ha decretado la anulación de cualquier local que celebre eventos de alta participación (hasta 1.000 asistentes, que han sido cancelados por indicación del Govern) deberá reducir el aforo a un tercio de su capacidad. El ayuntamiento ha pedido "responsabilidad y cooperación" a los líderes de la comunidad musulmana y al Obispado de Lleida para aplicar estas medidas.
La Guardia Urbana y a los agentes cívicos ayudarán a controlar algunos aforos, como por ejemplo el de la comunidad islámica que reza en el Palau de Vidre los viernes. En el caso de las reuniones ecuménicas, funerales y entierros, las medidas del decreto de alcaldía plantean celebraciones "a puerta cerrada".