Ramon Espadaler, secretario general de Units per Avançar y exdirigente de UDC, fue consejero de Interior de la Generalitat entre 2012 y 2015. En una entrevista con Crónica Global, valora la evolución de este departamento y la gestión en los cortes independentistas de la avenida Meridiana de Barcelona. Considera que, en este sentido, el Govern "no ha sido ecuánime".
-El teniente de alcalde de seguridad del Ayuntamiento de Barcelona y dirigente de Units per Avançar, Albert Batlle, se ha enfrentado al consejero de Interior, Miquel Buch, por los cortes en la Meridiana. ¿Qué opina?
-Albert Batlle define Units de una forma que a mí me encanta: como "factor de moderación". Y él lo es en el gobierno municipal. Ha sido explícito en su posición respecto a los cortes diarios. Nos preocupa la desatención del gobierno de la Generalitat y del departamento de Interior permitiendo, sin poner ningún tipo de límites a esa protesta. Se ha llegado a tal extremo que han conseguido que algunos se pregunten si existe el derecho a la manifestación. Y esto es gravísimo en democracia. Que aparezca como alternativa a lo que sucede en la Meridiana los cortes en Vallvidrera (los anunciados por Societat Civil Catalana) no soluciona el problema. El Govern ha sido profundamente irresponsable al no interiorizar los informes enviados por la Guardia Urbana y como estoy seguro que les han enviado los Mossos d’Esquadra. Y compatibilizar un derecho constitucional, como es el de la protesta, pero también la movilidad y la necesidad de no perjudicar sistemáticamente a los ciudadanos durante más de cien días. El espacio público nos pertenece a todos. Es irresponsable dar la razón solo a una parte. Es insostenible.
-¿Esa dejación es consecuencia de un sesgo ideológico en la Consejería de Interior?. Usted estuvo al frente de ese departamento (2012-2015) con el gobierno de Artur Mas, ¿cómo ha evolucionado desde entonces?
-Lo ocurrido en la avenida Meridiana demuestra que no hay una visión ecuánime que intente conciliar algo que no es fácil. En orden público siempre vas a ser criticado. Aquí no se han conciliado los intereses de los manifestantes, que tienen sus derechos, con los residentes y quienes transitamos por Meridiana a diario. El espacio público es profundamente democrático. Esto es dejación de funciones, como mínimo. Y quizá algo más grave incluso. Pero nos lleva a situaciones que ya no son gestionables.