El consejero de Interior, Miquel Buch, prefiere mirar a otro lado sobre los problemas ocasionados por los cortes diarios de la Meridiana, provocados por los independentistas y se aferra a la Constitución para no intervenir. “No podemos hacer nada”, asegura.
El responsable de la Seguridad en Cataluña se defiende de las críticas recibidas acudiendo a la Carta Magna, tantas veces criticada por los independentistas, que recoge el derecho de reunión y manifestación.
"Ninguna objeción"
Buch insiste en que el Govern no permite los cortes sino que “garantiza el derecho de manifestación”, aunque esté lleva ya 129 días causando problemas en Barcelona. “Debemos mirar que se cumpla la normativa”, subraya.
“Si no hay riesgo para personas y bienes no podemos poner ninguna objeción”, justifica el consejero del Govern. Pero los incidentes se han producido en todos estos días. Desde quema de banderas hasta la reciente agresión a un periodista por parte de los independentistas.
Això no toca
Sobre las acusaciones del concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Barcelona y exdirector de los Mossos d’Esquadra, Albert Batlle, Buch alega que al departamento de Interior de la Generalitat “no nos toca juzgar si es un abuso o no”. El exdirectivo de la policía autonómica y el propio Ayuntamiento han manifestado su malestar por los cortes que se producen en la avenida Meridiana de la capital catalana desde el 14 de octubre, y emplazó a la Generalitat a actuar ante este “abuso”.
Buch anima al Ayuntamiento de Barcelona a que “si quiere poner alguna queja", lo haga porque "tienen todo el derecho”. El consejero recuerda que, durante el corte de taxistas en la avenida Gran Vía de la capital catalana, el consistorio “no puso ninguna pega”.
Agresiones y pérdidas
Los independentistas concentrados en la Meridiana llevan ya cuatro meses cortando esta arteria de la ciudad condal. En este tiempo, se han producido agresiones, enfrentamientos entre colectivos, los correspondientes cortes de tráfico y la pérdida de beneficios en los establecimientos de la zona.
El consejero de Interior incide en que si no se pone en riesgo a las personas, lo único que puede hacer su departamento es “hacerlo convivir con otros derechos que tiene la ciudadanía”. Para hacerlo, indica que hablan con el Ayuntamiento para ver cual es el recorrido del tráfico y “qué medidas se pueden tomar para proteger a las personas que se manifiestan y a los otros también”, con la finalidad de que la manifestación “sea la más adecuada para todos”. Mientras, la Fundación Barcelona Comerç, que capitanea la negociación para trasladar la protesta diaria a otro punto de la ciudad, recuerda que no los han atendido ni a ellos ni a la organización de botiguers, pese a que el bloqueo de la vía les causa pérdidas de hasta un 40%.