El Ayuntamiento de Barcelona clama contra los cortes de la avenida Meridiana de la ciudad que llevan 128 días produciéndose. El teniente de alcalde de Seguridad, Albert Batlle, recuerda, no obstante, que esas manifestaciones --que considera un "abuso"-- son responsabilidad directa del departamento de Interior de la Generalitat que los consiente.
El responsable de la seguridad en la capital catalana subraya que “el derecho de la manifestación también tienen límites” que el “departamento de Interior no ha querido aplicar”. Sobre la responsabilidad de los agentes de la Guardia Urbana, asegura que no pueden actuar cuando se tiene un permiso, ni siquiera pueden hacerlo los Mossos, ya que hay unos permisos concedidos. La Consejería de Interior, que dirige Miquel Buch, esgrime el derecho a la manifestación para justificar la ocupación de la vía pública. Desde la consejería explicaron a Crónica Global que la protesta se comunicó de manera oficial, por lo que no incurre en ninguna ilegalidad. Las notificaciones tienen validez durante 30 días, y son prorrogables, la actual estará vigente hasta el 28 de febrero.
Molestias vecinales
Batlle se muestra muy crítico con la actuación de la Generalitat al respecto de los cortes de la Meridiana que, reconoce, “están perjudicando a vecinos, comerciantes y conductores”. Un hecho que se hace evidente desde el pasado 14 de octubre, cuando empezaron las movilizaciones independentistas, tras conocerse la sentencia del juicio del procés.
“Se debe acabar con esta situación”, sentencia el teniente de alcalde de Seguridad, que destaca que “el ciudadano no entiende”. Admite que el Ayuntamiento de Barcelona tiene quejas de los vecinos y “se nos quiere hacer responsables”, lamenta. Aun así, insiste, “no es nuestra competencia”.
Sin lecciones
Se ha puesto en contacto con el consejero de Interior, Miquel Buch, quien le ha enviado una carta en la recuerda a Batlle que los independentistas cuentan con permiso y que el derecho a la manifestación está protegido por la ley, algo que no le ha sentado muy bien al regidor. “Yo no acepto lecciones de nadie”, dice.
El ayuntamiento admite que manifestarse es un derecho, pero este debe comunicarse y no pedir permisos. El regidor pide que “se limite” esta convocatoria y se condicione”. Incluso ofrece alternativas para que se ubique en otro lugar y no perjudique a los ciudadanos. “Ya está bien”, concluye.