Los presupuestos de la Generalitat de 2020 han superado su primer trámite parlamentario, tras ser rechazadas las enmiendas a la totalidad gracias a los votos de Junts per Catalunya, ERC y Catalunya en Comú-Podem. El consenso no ha impedido que los todavía socios de gobierno hayan utilizado las cuentas para marcar perfil con mayor o menos énfasis identitario.
Ahora se abre un periodo de negociación de las enmiendas parciales que, en principio, debería permitir la aprobación final de los presupuestos el 18 de marzo. Sin embargo, el presidente de la Generaliat, Quim Torra ha evitado concretar la fecha de las elecciones catalanas, que él mismo supeditó a la entrada en vigor de las cuentas --las primeras que salen adelante desde 2017--, lo que complica que los comicios se celebren antes del verano.
Precisamente ayer, la consejera portavoz, Meritxell Budó, precisó que Torra nunca dijo que convocaría elecciones de forma inmediata tras la aprobación de las cuentas. Otro punto de fricción entre Junts per Catalunya, que no tiene candidato y quiere alargar la legislatura a pesar de la convivencia insostenible con ERC, cuyo cabeza de lista será Pere Aragonès y parte como ganadora en los sondeos de intención de voto.
Pacto con los comunes
Ha sido el propio Torra quien ha arrancado la presentación de unas cuentas que, en realidad, no agradan a su propio partido, JxCat, pues la reforma fiscal que contempla, pactada entre ERC y comunes con la finalidad de garantizar el apoyo de los comunes, corresponde a "un modelo de país que no compartimos", dijo el portavoz parlamentario Eduard Pujol. Sin embargo, el vicepresidente económico, Pere Aragonès, ha cedido protagonismo al president, para luego explicar las cuentas con detalle.
El republicano ha asegurado que los presupuestos dedican tres de cada cuatro euros a políticas sanitarias, educativas y sociales. "Soy independentista, progresista y de izquierdas. Por eso creo que los presupuestos de una Cataluña independiente serán mejres, pero mientras tanto no renunciaremos a nada para fijar las bases de un futuro mejor".
Unas cuentas, ha añadido Aragonès, fruto de un acuerdo con formaciones políticas que van más allá del Govern. La capacidad de legar a acuerdos con quien discrepas nos hace fuertes como país".
Las enmiendas a la totalidad
Por parte de Ciudadanos, José María Cano ha defendido la enmienda a la totalidad. Ha criticado el aumento de los impuestos que contemplan los presupuestos en un comunidad donde ya hay una gran presión fiscal. Y ha cuestionado los gastos destinados a la propaganda secesionista, concretamente la que se destina a las "embajadas". La diputada del PSC, Alícia Romero, ha criticado el olvido de la pobreza en unas cuentas que no revierten los recortes ni superan las cifras de 2010. El escaso esfuerzo en tecnología y en universidades es otro de los reproches de la socialista.
La diputada de la CUP, Maria Sirvent, también ha explicado su motivo para rechazar unas cuentas que enmarca en un "intercambio de cromos" entre el Ayuntamiento de Barcelona --donde ERC apoyó los presupuestos de Ada Colau-- y el Govern que ahora cuenta con el aval de los comunes. Y ha reprochado el cambio de socios de JxCat y ERC, lo que atribuye al abandono de la implementación de la "república".
El diputado del PP, Santi Rodríguez, ha bromeado sobre la "disciplina" de los presupuestos en materia de cumplimiento del déficit. Pero ha advertido de que tienen una "etiqueta marxista".
En su réplica, Aragonès ha reprochado a Cs, PP, CUP y PSC que utilicen argumentos ideológicos, en lugar de centrarse en el contenido de las partidas.
Las enmiendas no han salido adelante, por lo que las cuentas seguirán su trámite parlamentario.