Carles Puigdemont manda, y no admite discrepancias. Esa es la denuncia de Marta Pascal, la excoordinadora general del PDeCAT, ahora senadora, y miembro de una corriente crítica que pretende reorganizar el soberanismo hacia posiciones de centro, dejando atrás las vías unilaterales.
Pascal lo señaló en una entrevista este sábado en TV3, al afirmar que con Puigdemont “no se puede discrepar”, y que en un determinado momento, cuando ella ve que es imposible buscar algún tipo de acuerdo, decide dejar el cargo, dimitir, y buscar cómo reorganizar su propio partido y el espacio soberanista.
Nuevo espacio catalanista
“Lo que me he encontrado es que no se puede discrepar. Cuando me doy cuenta de que tengo esta discrepancia, dimito. Entre silla y principios, escojo principios”, señaló en el programa Faqs de TV3.
Pero, ¿qué pretende realmente Pascal? La actual senadora del PDeCAT forma parte del movimiento político El país de demà, que se constituyó en el monasterio de Poblet, y que pretende reorganizar un espacio que ha dejado huérfano Junts per Catalunya. Con ella figuran otros exdirigentes, como Carles Campuzano, Jordi Xuclà o Lluís Recoder. La idea es agrupar fuerzas y ver hasta qué punto se puede influir en JxCat o construir un nuevo espacio catalanista que haga política en la línea al modelo histórico del PNV o de la antigua Convergència.
ERC y el centro político
Según Pascal, en la actual situación el PDeCAT debe escoger si camina junto a la Crida per la República, --que reúne a independientes que quieren ampliar el espacio de JxCat-- con un planteamiento “más desacomplejado basado en el bloqueo y la antipolítica”, o apuesta por un proyecto nuevo de centralidad ideológica y política.
En ese terreno es el que quiere moverse Pascal, al entender que el centro político, desde el punto de vista ideológico, ha quedado vacío, y que tampoco lo ocupa Esquerra Republicana. “Desde el punto de vista nacional, ERC está intentando hacer este gradualismo, y tenemos que ver qué pasa”, señala Pascal, para quien en el terreno programático, los republicanos no han intentado ningún giro al centro.
Las críticas, sin embargo, a Puigdemont y al presidente Quim Torra, son claras, al entender que existe una cierta contradicción “entre comparecer por la mañana en un atril y por la tarde ir a cortar una carretera”.