El expresidente de la Generalitat de Cataluña Carles Puigdemont ha comparecido por videoconferencia en la comisión de investigación del artículo 155 del Parlament, el mismo escenario por el que, una semana antes, desfilaron los políticos condenados por el 1-O. Y no ha defraudado a sus fieles: ha calificado a España de “oscura y tenebrosa” y ha cargado contra quienes ahora van de moderados y le tachan de radical, pero que en 2017 le presionaron para llegar hasta el final. Alusión velada a ERC.
Para Puigdemont, en octubre del 2017 España “escribió una de las páginas más negras de la historia reciente”. En el imaginario del prófugo, los hechos del otoño caliente serán una “losa en las relaciones entre España y Cataluña” en el medio plazo, y el 155 “fue un golpe de Estado” y una “venganza contra el pueblo catalán”. “España volvió a ser oscura y tenebrosa, la de siempre”, ha dicho; el Estado puso “la patria por encima de la idea de justicia y derecho”, ha añadido. Él lo define como “operación de venganza”.
Puigdemont habla en la Comisión de Investigación del 155 / CANAL PARLAMENT
“Causar todo el daño posible”
En su discurso, ha comentado que “el golpe de Estado se gestó antes del referéndum del 1-O”, porque cree que la aplicación del 155 estaba decidida de antemano, a pesar de que para ello “se forzó la Constitución y se hizo una aplicación anticonstitucional” del famoso artículo. “La aplicación del 155 no aguantaría el mínimo test de constitucionalidad de la norma en ninguna democracia avanzada; no hay ninguna congruencia ni proporcionalidad entre el requerimiento y el 155 que se aplicó”, ha dicho. Además, ha recordado que “no sirvió para resolver ningún conflicto”.
Puigdemont ha insistido en que el “pueblo catalán” dejó en “evidencia” al Estado “xenófobo” el 1-O y por ello este “quiso liquidar las instituciones, cortar las políticas y causar todo el daño posible a una población a la que consideraba culpable de haber votado mal”. Con todo, tuvo en su mano convocar elecciones anticipadas antes de la declaración unilateral de independencia (DUI) que lo enredó todo un poco más. No lo hizo, según ha declarado, porque nadie le dio garantías de que si ponía las urnas para unos comicios se retiraba la opción del 155.
La DUI, “única opción digna y democrática”
El expresidente autonómico ha añadido que él defendió la convocatoria de elecciones ante el Govern y ante los grupos políticos, incluidos los que ahora le acusan de radical. En esta línea, ha explicado que, tras el 1-O, buscó abrir una vía de diálogo con el Estado, pero recibió “críticas de sectores que hoy dan lecciones de moderación”. Así, se decantó por la declaración unilateral de independencia como “única opción digna y democrática” frente a la actitud del Gobierno. “Que nadie haya pedido perdón por el 155 revela lo arraigada que está la cultura del 155”, ha comentado.
Por todo ello, Puigdemont mantiene su apuesta por la “autodeterminación” y carga contra “un país que condecora la violencia policial y encarcela el activismo social”. “La parte de Cataluña no independentista es tan legítima como la que lo es. Todos han de poder elegir en libertad si quieren seguir o no en España. Esto solo lo defiende el independentismo, el voto para decidir: me encantaría perder un referéndum de independencia”, ha concluido.