La Fiscalía se opone a que Jordi Cuixart, presidente de Òmnium Cultural, vuelva a salir de prisión. El ministerio público entiende que el condenado a nueve años por su participación en la organización del 1-O no se ha arrepentido de los hechos por los que el Tribunal Supremo dictó sentencia, por lo que no debería disfrutar del que sería su segundo permiso penitenciario.
El independentista muestra "falta de asunción de los hechos delictivos y ausencia de arrepentimiento" sobre los hechos que le llevaron a la cárcel, según aparece en el texto de la Fiscalía. Cuixart pidió este permiso de tres días de libertad el 24 de enero, menos de una semana después de volver a ingresar en prisión tras pasar dos días excarcelado.
Permiso judicial
El primer permiso de libertad de Jordi Cuixart fue concedido por el Departamento de Justicia de la Generalitat. Sin embargo, en esta ocasión la autorización debe partir de un juzgado de vigilancia penitenciaria.
La secretaría de Medidas Penales del Govern solo puede permitir la excarcelación de un condenado si la petición es menor a 48 horas. Por el contrario, las salidas superiores a las dos jornadas --como en el caso de la segunda petición del presidente de Òmnium-- exceden sus competencias, por lo que debe ser un juez el que decida si acepta o no la solicitud.
Permiso "injustificado" y "prematuro"
Fiscalía considera que la segunda petición de Cuixart para salir de Lledoners, gestionada a través de la junta de tratamiento del centro penitenciario, es "prematura" e "injustificada". Por una parte, defiende que ofrecer un periodo de libertad momentánea al reo "frustra los fines de la pena de prevención general y especial e incluso de rehabilitación", ya que ha pasado "escaso tiempo" en prisión y no solo no se ha retractado, sino que ha asegurado que "lo volvería a hacer" --en referencia al nombre del libro publicado por el activista, Ho tornarem a fer--.
"Es evidente que en ningún caso se concedería un permiso a un interno que, en relación al delito cometido, manifestase que lo volvería a hacer", ha argumentado el ministerio.
"Tratamiento" para rehabilitarse
El ministerio agrega que el líder de Òmnium no lleva a cabo un "tratamiento penitenciario para superar los déficits" que refleja --esto es, la falta de arrepentimiento y reconocimiento de los hechos--, lo que da pie a entender que no se ha rehabilitado. Y detalla que "mientras el interno no se someta a un programa de tratamiento específico atendiendo la naturaleza del delito por el que cumple condena [...] no cabe tampoco la concesión de permisos".
Para el ministerio público, resulta "preciso" para la concesión de permisos la constatación de que el interno va a realizar "una vida normalizada", entendida como "respeto a las pautas de convivencia de la sociedad" y a las normas que la rigen.