Marcha atrás del Gobierno. El Ejecutivo se abre ahora a sentarse en la mesa de diálogo con la Generalitat antes de las elecciones catalanas, cuando apenas unas horas antes la había pospuesto hasta que se celebren dichos comicios y haya nuevo Govern. Con todo, considera que, tras el adelanto electoral (sin fecha) anunciado por el president, Quim Torra, "no se dan las mejores circunstancias" para el encuentro "entre gobiernos".
En un mensaje remitido a los medios esta tarde, desde la Moncloa lamentan que en esta jornada se haya puesto en entredicho su voluntad de diálogo y su compromiso de cumplir con los acuerdos pactados por lo que, "para descartar cualquier duda", subraya su disposición a que se celebre la mesa.
Presiones de ERC
Se refiere el Ejecutivo, sobre todo, a las presiones que ha recibido desde ERC a lo largo de la jornada. En público, el vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha pedido que se celebre la mesa de negociación pactada por ERC y PSOE como condición para la investidura de Pedro Sánchez. Es, según él, el mecanismo "para resolver el conflicto".
Por su parte, el presidente de ERC en el Parlament, Sergi Sabrià, ha acusado a Sánchez de incumplir el acuerdo de investidura, y le ha exigido que se ponga una fecha "inminente" a la mesa de reunión en el encuentro que el presidente y Torra mantendrán, en principio, el 6 de febrero en Barcelona. En Twitter, ha escrito que "aplazar la mesa de negociación es un incumplimiento flagrante del acuerdo y una irresponsabilidad absoluta".
Rufián, en la Moncloa
Posteriormente, el partido independentista ha emitido un comunicado en el que afirma que "no tiene ningún sentido esperar a la constitución de un nuevo Govern porque la vía política hay que abrirla ya, es urgente y es imprescindible": "Ya sabemos que algunos no la quieren porque no se la sienten suya y otros no la quieren tampoco, porque la han hecho porque se han visto obligados, pero es un acuerdo firmado y si no se cumple será un incumplimiento flagrante para ERC".
La marcha atrás del Gobierno ha llegado, sin embargo, tras un encuentro entre Sánchez y el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, en el Palacio de la Moncloa. Durante la entrevista se ha planteado la negativa de la formación republicana a apoyar el proyecto presupuestario del Gobierno si la mesa no se constituía antes.