Lliga Democràtica: “Hay que superar la lógica de buenos y malos”
Astrid Barrio señala que el catalanismo de la Lliga actuará de “puente” entre los bloques políticos en Cataluña para iniciar una nueva etapa
25 enero, 2020 12:24La Lliga Democràtica acelera sus tiempos para convertirse en un partido político. El primer paso ya lo ha dado Lliures, el partido que impulsó Antoni Fernández Teixidó, que el pasado jueves aprobó formar parte del proyecto de la Lliga. Su actual presidenta, Astrid Barrio, a falta del congreso constituyente, que se celebrará a mediados de febrero, señala que el objetivo es tener representación en el Parlament, con un cometido: “Hay que superar la lógica de buenos y malos”.
Esa lógica ha fortalecido dos bloques, el llamado constitucionalista, y el independentista, que se ha ido intensificando en los últimos años, es una especie de empate improductivo, que ha paralizado las instituciones catalanas. La Lliga Democràtica recoge distintos postulados del catalanismo, con un marcado acento liberal, que pretende engarzar con el catalanismo y el nacionalismo de la extinta CiU, de votantes que pueden considerar ahora que el camino iniciado por el independentismo no ha llevado a ninguna parte y ha sido, además contraproducente para los intereses de Cataluña.
Lliures y el catalanismo de centro
Astrid Barrio, en una entrevista en el programa Converses, de la Cadena Cope, con la participación de Crónica Global, considera que se trata de “recuperar el catalanismo pactista”, y que, siempre que el independentismo pierda la mayoría absoluta, la Lliga Democràtica podrá jugar un papel determinante.
En paralelo, Lliures, el partido de Antoni Fernández Teixidó, ha hecho los deberes. En su asamblea del jueves se aprobó “por unanimidad” la participación en un “proyecto político de centro y catalanista”, con una defensa de “las instituciones”, y responsabilizando a las “elites nacionalistas” del inicio del proceso independentista.
En contacto con el movimiento de Poblet
Barrio ha considerado que el nuevo partido, con la marca de Lliga Democràtica, que deberá conformar una nueva ejecutiva con miembros de Lliures y de otras entidades y asociaciones catalanistas, mantiene un contacto fluido con el movimiento de Poblet, integrado por exmiembros de Convergència. Ese movimiento podría participar de ese proyecto catalanista de centro, o intentar una vía propia. En ese espacio figura Marta Pascal, Carles Campuzano, Jordi Xuclà o Lluís Recoder.
Lo tangible, por ahora, es la Lliga, que ha cobrado un impulso en las últimas semanas, con la participación de diferentes miembros de la sociedad civil. Según Barrio, el objetivo es dejar de separar la sociedad catalana en dos mitades, y establecer vías de diálogo en todas direcciones, en el seno de la política catalana, y también entre Cataluña y el resto de España, dejando a un lado la cuestión del referéndum de autodeterminación. “Se trata de avanzar, hacia situaciones más justas, en campos como la financiación autonómica, en infraestructuras y en afianzar las instituciones del autogobierno”, señala, con la voluntad de lograr el apoyo de un amplio espectro de la sociedad catalana que no se siente vinculada con los partidos independentistas.
Llamada a la sociedad civil
En los cálculos de la Lliga hay unas 200.000 personas susceptibles de votar a una fuerza catalanista, no independentista, pero fuertemente vinculada a los intereses de Cataluña.
Para mostrar el apoyo a esa opción, aunque al margen de si se trata de la Lliga o de otra opción política que recoja ese espíritu, un grupo de profesionales ha realizado una llamada “a la sociedad civil” para que se apueste por un catalanismo que pueda superar esa lógica de “buenos y malos”. Se trata de Jordi Alberich, Carlos Cuatrecasas, Àngels Garcia Roca, Eugeni Gay, Margarita Mauri, Josep Miro i Ardèvol, José Luis Oller Ariño, J.M.Prat Sabat, Manel Silva, Fèlix Riera, Baldiri Ros, Alfredo Pastor, Victor Pou y Miquel Vilanova. La presentación de esa “llamada” tendrá lugar el 3 de febrero en el Círculo de Economía.
¿Buscando a CiU?
¿Es el retorno de una especie de CiU? Sí y no. La voluntad, según Astrid Barrio, es la de recuperar un centro político en el ámbito nacional, pero también en el social, favorable al libre mercado, a la cooperación entre el ámbito público y privado, y con un énfasis en una menor presión fiscal. En la actual ejecutiva de la Lliga figura, además de Barrio, Josep Ramon Bosch, como secretario general, y distintos exmiembros de Convergència o de Unió, como Aitor Agea, Núria Rodríguez Olivé, o Àlex Miró, presidente del Cercle Carlemany, o Nicolàs de Sala, que fue diputado de CiU.
Sin embargo, el propósito es que se incorpore gente que no haya participado en la política, jóvenes y profesionales que deseen iniciar una nueva etapa en Cataluña, alejada ya de esa política de bloques, entre los constitucionalistas y los independentistas. ¿El objetivo? Un nuevo catalanismo que sea “leal con el Estado y que se involucre en la gobernabilidad si es necesario”, y que deje atrás reivindicaciones como un referéndum de autodeterminación.