Es Ada Colau, la alcaldesa verde que ha volado 97.542 kilómetros a bordo de un avión en 19 meses antes de declarar la emergencia climática en la ciudad. La primera edil de Barcelona ha dado más de dos vueltas al mundo (40.075 kilómetros de circunferencia ecuatorial) en menos de dos años para su proyección internacional, según su agenda pública. Ha emitido más de 17 toneladas de CO2 como pasajera en 19 meses. Ahora exige menos cruceros y menos aviones a sus concejales, trabajadores y vecinos para frenar el calentamiento global.

Pese a la oposición del sector aéreo y el correctivo que le propinó el Puerto de Barcelona por mentir sobre la contaminación, la alcaldesa insistió ayer miércoles en reducir el número de buques de recreo que atracan en la ciudad y en limitar los vuelos que despegan o aterrizan en el aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat. Las dos medidas son parte de un paquete de 100 iniciativas contra el cambio climático. Las más polémicas, además de los límites al transporte, incluyen el veto parcial a la carne roja en las escuelas públicas municipales en la ciudad.

Colau y sus viajes / CG

17 viajes y dos vueltas al mundo

Antes de anunciar la batería de medidas verdes, Colau ya ha apuntalado su proyección internacional. Lo ha hecho realizando al menos 17 viajes en 19 meses, sin contar los desplazamientos a Madrid, que pide hacerlos a todo su equipo y los trabajadores municipales en AVE en lugar de en el puente aéreo. La alcaldesa de Barcelona, que emula a Greta Thunberg desde la alcaldía de la capital catalana --ayer llegó a citar a la activista medioambiental sueca--, no ha tenido reparos en coger el avión para desempeñar las labores de proyección exterior de la ciudad --recaen sobre ella con arreglo a la Carta Municipal--, pero también para lanzar su imagen política.

¿Ejemplos? No se cortó la líder de Barcelona en Comú y Catalunya en Comú para coger el avión y plantarse en Roma el 23 de marzo de 2018 para hacer una entrevista con 7TV y regresar a Barcelona. Recorrió 862 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta (1.724 en total), según Flighttime Calculator, y, como pasajera, emitió 390 kilos de CO2, según el calculador de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI). Todo ello para una simple entrevista en televisión.

Los vuelos de Ada Colau (2018-2019) por kilómetros y CO2 emitido
Destino 2019 Kilómetros (ida y vuelta) CO2 (i/v) Destino 2018 Kilómetros (ida y vuelta) CO2 (i/v)
Durban (Suráfrica) 16.886 2,7 tn Vermont (EEUU) 11.792 1,9 tn
Copenhaguen (Dinamarca) 3.552 0,61 tn Riace (Italia) 2.382 0,48 tn
Florencia (Italia) 1.582 0,37 tn Nueva York (EEUU) 12.384 2,0 tn
Milán (Italia) 1.454 0,35 tn París (Francia) 1.662 0,39 tn
Nueva York (EEUU) 12.384 2,0 tn Londres (Reino Unido) 2.282 0,46 tn
Milán (Italia) 1.454 0,35 tn Bolonia (Italia) 1.648 0,38 tn
Bruselas (Bélgica) 2.134 0,45 Montevideo (Uruguay) 20.700 3,4 tn
Roma (Italia) 1.724 0,39 Roma (Italia) 1.724 0,39 tn
      La Coruña 1.798 0,39 tn
           
Total 2019 41.170 7,22 Total 2018 56.372 9,79
        97.542 KM 17,01 tn

Hay más. El 11 de junio de 2018 la líder de los comunes viajó a París (Francia) para reunirse con la alcaldesa de la capital gala, Anne Hidalgo. Recorrió 1.662 kilómetros a bordo de un avión y la aeronave en la que viajó en ida y vuelta emitió 390 kilos de CO2 por pasajero, según la OACI. Pese a que se encuentra a menos de 1.000 kilómetros y hay conexión en alta velocidad --por bien que larga, casi siete horas y con trasbordo-- la munícipe optó por el transporte aéreo, que ahora denosta e incluso prohíbe a sus concejales para estos recorridos. Existen ejemplos incluso más hirientes. Colau voló 11.792 kilómetros sobre el océano Atlántico hasta Vermont (Estados Unidos) en diciembre de 2018 para participar en un acto político con Bernie Sanders, senador del estado y posible rival del presidente de EEUU, Donald Trump. Emitió 1,9 toneladas de dióxido de carbono como pasajera para una reunión política: un frente antiTrump del que jamás se supo nada más.

De forma global, la alcaldesa ha viajado 17 veces --sin contar los distintos desplazamientos a Madrid, en ocasiones para meras entrevistas televisivas sin compromisos oficiales ni reuniones, como el 3 de febrero de 2018 para un directo en La Sexta Noche--. No existía entonces emergencia climática.

41.170 kilómetros en 2019

La cadena de viajes aéreos de Ada Colau se ha extendido a este año, por bien que con menos intensidad. Solo en 2019 ha recorrido 41.170 kilómetros, más de una vuelta al globo terráqueo, y ha emitido 7,22 toneladas de CO2 como pasajera. Casi la mitad de ese desplazamiento lo consumió su viaje oficial de cinco días a Durban (Suráfrica) para asistir al congreso de la red mundial de ciudades CGLU. Requirió ese compromiso oficial volar más de 16.886 kilómetros y la nada despreciable cifra de 2,7 toneladas de CO2 por pasajero.

Un mes antes, en octubre de 2019, su desplazamiento a Florencia y Milán (Italia) para asistir a un acto feminista y dos conferencias se fundió 1.454 kilómetros y más de 350 kilos de uno de los gases que provoca el efecto invernadero.

De proyección internacional a la agenda 'verde'

En aquel momento ya no había excusa, pues el movimiento antivuelos cortos, el Flygskam, ya había despegado en toda Europa por la influencia del activismo de Thunberg y sus seguidores en Suecia y el resto del continente. No obstante, la alcaldesa aún no había abrazado esa causa y priorizaba su proyección internacional en un momento en el que empezó a hablar de su desembarco en alguna institución global.

El escenario, o los intereses personales o los políticos de la alcaldesa, han cambiado. Colau y su equipo abrieron la semana pasada el debate sobre la eliminación del puente aéreo y otras conexiones aéreas cortas, ante el estupor de sindicatos, patronales y organizaciones empresariales. Esta semana, el gabinete de la primera edil ha rectificado a medias, circunscribiendo el veto aéreo a los concejales y trabajadores municipales.

Falta de presupuestos

La alcaldesa presentó ayer una agenda verde con pompa y boato, aunque sin presupuesto asignado. Se comprometió la política a reducir los gases contaminantes en un 50% hasta 2030, y a recortar dos millones de toneladas de CO2 hasta la misma fecha. Cifras encomiables, pero que contrastan con las 17 toneladas de dióxido emitidas por los viajes oficiales de la exportavoz de la PAH desde abril de 2018.

Colau y los miembros de su equipo han prometido 563 millones de euros para reducir la huella ambiental, aunque ni siquiera cuenta con un proyecto de presupuestos para 2020. Sí que la primera edil presenta un pasado que tiene poco que ver con lo que ahora pide a la ciudadanía.