El Ayuntamiento de Barcelona ha realizado una lista de propuestas para reducir el nivel de contaminación que procede, según sus cálculos, desde el Puerto de Barcelona y el Aeropuerto de El Prat. El consistorio liderado por Ada Colau no tiene competencias en ninguna de las dos instituciones, ya que la aeroportuaria depende del Estado y la marítima tanto de éste como de la Generalitat. Pero ello no ha impedido al equipo de gobierno municipal criticar el impacto medioambiental de ambos enclaves y hacer una especie de lista de deseos para reducirlo.
Una de las pocas que podrán aplicar --ya que nada tiene que ver con la gestión del puerto ni del aeropuerto-- es el veto a regidores y trabajadores municipales de viajar en avión a menos de 1.000 kilómetros si hay una alternativa en tren de menos de siete horas. Una medida en línea con la petición realizada hace unos días de eliminar este tipo de trayectos aéreos y que afectaría, por ejemplo, al puente aéreo entre Barcelona y Madrid. Pero esta no es la única lanzada.
Ofensiva a la fiscalidad
Otra de las medidas que el Ayuntamiento de Barcelona propone para reducir el impacto medioambiental del puerto y el aeropuerto en la ciudad es la eliminación de las excepciones fiscales con la que cuentan algunos de los combustibles fósiles. Dichas excepciones provienen de la normativa europea, tal como ha especificado la segunda teniente de alcalde de Ecología y Urbanismo de la capital catalana, Janet Sanz, lo que reduce las posibilidades de que de esta petición se convierta en realidad.
También dentro del marco fiscal, el Ayuntamiento de Barcelona propondrá a las instituciones competentes activar medidas que penalicen a los barcos más contaminantes, como por ejemplo un impuesto para los propietarios de grandes naos que quieran atracar en las instalaciones de la ciudad.
Electrificación de vehículos… y más
La potenciación de la electricidad como energía también será una de las peticiones que el equipo de Colau traslade a los gestores del puerto y del aeropuerto barceloneses. Y ello no solo atañe a los vehículos propios, sino también a los de los proveedores y a las propias instalaciones de ambos enclaves.
Sanz ha detallado que toda la flota de taxis y autobuses --incluido el Aerobús-- debería ser electrificada, así como también los propios muelles del Puerto de Barcelona, una medida que ya se valora desde la dirección. La regidora asegura que Mercè Conesa, presidenta de la autoridad portuaria, tiene la “voluntad” de llevarlo a cabo.
Transporte público y energía ‘verde’
Otra de las peticiones del consistorio es la estimulación del uso del transporte público por parte de las administraciones que gestionan ambas infraestructuras. En este apartado se concentrarían la mejora de los accesos ferroviarios para “garantizar la conectividad” y la promoción de trenes y autobuses para llegar hasta ellas. En este sentido, Sanz ha sido muy crítica con el aparcamiento del Aeropuerto de El Prat, que ha considerado “barato” y que debería ser relegado ante otras “formas de movilidad sostenible”.
Igualmente, ha propuesto que las estaciones marítima y aérea aprovechen sus espacios para la generación de energías verdes y que utilicen el abastecimiento energético renovable 100% certificado en todas las instalaciones.
Mesa de emergencia climática
Todas estas propuestas se presentarán en la mesa de emergencia climática --donde están representados el puerto, el aeropuerto, el Estado y la Generalitat, entre otras organizaciones-- y en los espacios de diálogo y coordinación existentes contra la contaminación de la ciudad.
Según los datos del Ayuntamiento de Barcelona, el puerto emite 5,3 toneladas de CO2 anuales y el aeródromo 7,6 millones.