ERC ha exigido hoy al PSOE "política y el fin de la represión" para continuar dialogando sobre la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. Lo ha verbalizado el coordinador nacional de Esquerra, Pere Aragonès, a la sazón vicepresidente del Govern, en la inauguración del 28º Congreso Nacional de los republicanos, que servirá para rendir cuentas de la acción del partido y aprobar la nueva hoja de ruta.
Aragonès se ha congratulado primero de la "victoria de esta semana", en referencia al dictamen preliminar del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) sobre Oriol Junqueras, presidente de la formación. El dirigente independentista ha prescrito ser el "rompehielos" que llevará a la "república catalana", aunque también ha avisado que habrá que tomar "decisiones difíciles". A este respecto y en castellano en un discurso íntegramente en catalán, el también electo en el Parlamento catalán ha pedido "hacer política y acabar con la represión" para continuar con las conversaciones con los socialistas.
La unilateralidad, escondida
Sus palabras las deberán avalar los militantes en la ponencia política. En plenas negociaciones con el PSOE para investir a Pedro Sánchez para formar Gobierno, los secesionistas han modulado la opción unilateral, que mantienen en su ponencia política, aunque la descafeínan.
Globalmente, el partido que --aún--dirige Oriol Junqueras desde la cárcel de Lledoners plantea tres escenarios para alcanzar una hipotética secesión catalana.
Otro referéndum
El texto que votarán los militantes plantea tres vías para lograr esta meta. La primera es un referéndum de independencia pactado y negociado con el Estado. No obstante, los republicanos, en el Gobierno catalán junto a JxCat, aseguran que esta senda es "imposible" por las reiteradas negativas de Moncloa. La segunda sería, precisamente, "forzar la convocatoria de un referéndum". ¿Cómo? "Combinando la desobediencia civil no violenta y la acción de las instituciones catalanas, la generación de grandes consensos y logrando las complicidades institucionales para obligar al Estado a pactar una consulta", sostienen.
El último método es el más polémico, pues emula el órdago secesionista de 2017, que acabó con dos declaraciones de independencia frustradas, el Govern desarbolado y condenado o huido y la intervención de la autonomía catalana mediante la aplicación del artículo 155 de la Constitución: la llamada vía unilateral. A este respecto, la ponencia política de ERC mantiene la convocatoria de otro referéndum en Cataluña sin permiso del Estado, aunque elude explícitamente la palabra "unilateral".
Lenguaje ambiguo
Esta posición, la oficial de la cúpula de ERC, se enfrentará a dos enmiendas vivas. Para evitar un revolcón de la militancia, la hoja de ruta utiliza un lenguaje ambivalente. "El elemento esencial que decantará la concreción de una vía u otra para alcanzar el objetivo de la república catalana es la correlación de fuerzas con el Estado", argumentan los independentistas, sin decantarse por una u otra opción.
Por ello, Esquerra propone no decantarse por ninguna vía --tampoco la unilateral-- para avanzar hacia una hipotética secesión catalana, pero los condiciona a la "legalidad internacional" y a los "nuevos posibles escenarios que nos permitan transitar hacia la independencia por cualquier camino democrático y pacífico".