El Gobierno en funciones destaca ahora que "hay un problema de convivencia y político en Cataluña, entre las dos mitades de Cataluña". En esos términos se ha expresado tras el Consejo de Ministros del 29 de noviembre la ministra portavoz, Isabel Celaá, inquirida sobre el cambio terminológico del Ejecutivo, que por primera vez califica de "político" el "conflicto" en la autonomía.
La variación del discurso del Ejecutivo llega tras las reuniones del PSOE con ERC para negociar el apoyo del partido independentista a Pedro Sánchez, candidato socialista a la presidencia del país. Sobre ese encuentro, Celaá ha declarado que "se constató" que hay "posibilidades de seguir conversando para llegar a algún acuerdo", aunque ha dejado entrever que estos encuentros serán entre partidos y en ningún caso entre Gobierno y Govern.
"Una diferencia política"
En cuanto al contenido de esa reunión, ha dicho que hablaron "de problemas de convivencia en Cataluña y de la necesidad de que esa mitad de Cataluña que gestiona las instituciones hable también con la otra mitad". "Hay una diferencia en las formas de sentir y vivir Cataluña, formas de relacionarse entre Cataluña y España, y supone que hay una diferencia política", ha añadido.
La ministra, que ha insistido en la "confianza" de formar un gobierno de mayoría "progresista" antes de Navidad, ha añadido que "se están manteniendo los puentes del diálogo" y "es esperanzador", en cuanto hay "ocasión de demostrar el respeto por la convivencia y la pluralidad". No ha valorado las palabras del ya exministro Josep Borrell –que el domingo será nombrado alto representante de la Comisión Europea–, que niega que ERC pueda considerarse "progresista" por su "comportamiento irredento".