La dimisión de Fran Hervías era tan previsible como esperada por una militancia muy dura con su gestión. El hasta ahora secretario de Organización de Ciudadanos siguió ayer los pasos de José Manuel Villegas y Fernando de Páramo y abandonó el cargo. Todos ellos eran personas de confianza de Albert Rivera, quien tras la debacle electoral del partido el pasado 10N --de 57 escaños en el Congreso han pasado a 10--, anunció que abandonaba la política.
Tal como publicó Crónica Global, el cargo de Hervías en la Ejecutiva de Cs estaba en el aire, aunque en su caso, la asunción de responsabilidades era doble: era miembro del núcleo duro de Rivera, y además tenía muchos detractores dentro del partido. “Hervías ha dejado una estructura vertical, de designación a dedo y que da la espalda a los afiliados. Eso se ha traducido en una red clientelar formada por los menos capacitados políticamente”, explican a este medio fuentes de la militancia de Cs en Cataluña.
Un portavoz de la dirección nacional de Cs asegura que estas críticas son habituales en momentos de crisis, y que en algunos casos se deben a personas que han visto frustradas sus expectativas de ocupar cargos. “De todas maneras, tenemos 30.000 militantes que, en tres meses, podrán decidir el futuro del partido. A partir de este viernes, se suspende el comité permanente y una gestora asumirá el control”, añade. Se refiere a la gestora que, pilotada por Manuel García Bofill, debe conducir a la formación hasta las primarias --donde Inés Arrimadas asumirá previsiblemente el liderazgo-- y a la asamblea de militantes prevista para la primera quincena de marzo.
"Una cadena semi-militar"
En Cataluña, señalan desde el partido, hay una petición unánime de los afiliados: “Sustitución de la cadena semi-militar por una estructura representativa de los afiliados que anteponga los principios de Cs, como la democracia interna, la transparencia, la gestión de recursos, representatividad, al clan de trepas y al lucro personal”, explica con dureza un militante. Repasa las crisis que, en los últimos años, se han registrado en el territorio catalán y las atribuye a Hervías.
En abril trascendía la supuesta implicación del diputado en el Parlament Carlos Sánchez por un supuesto fraude a la Seguridad Social. Sánchez, procedente de Tarragona y muy bien relacionado con Carlos Carrizosa, el hombre fuerte de Rivera en Cataluña, habría utilizado una baja laboral para ausentarse de su empleo como policía municipal para volcarse en la campaña electoral de Cs en 2015, según las diligencias de investigación abiertas por la Fiscalía.
A nivel provincial, destacan las “maniobras” de Luis Tejedor, procedente de El Masnou, secretario de organización en Barcelona, a quien atribuyen el hundimiento del partido en Badalona. Fue el muñidor de las listas municipales hasta situarse como número dos en Sant Boi de Llobregat y lograr un cargo en la Diputación de Barcelona.
En la Ciudad Condal, recuerdan cómo Jorge Feijoo, diputado en el Parlament, “dinamitó la agrupación en Les Corts”, mientras que en el Maresme, Marisol García era rechazada por sus compañeros como posible cabeza de lista municipal. Finalmente, Hervías situó a Raul Pérez, mientras que García era compensada con un cargo de secretaria de Organización.
“Todo ello ha creado una gran desafección entre los afiliados y las estructuras orgánicas de Cs, dando lugar a agrupaciones en crisis, bajas de afiliados y desmotivación en general”, añaden estas fuentes.
Otro dirigente recuerda que tanto Hervías como Carrizosa se han limitado hasta ahora a cumplir con los estatutos del partido. Es el momento de cambiarlos, afirman los críticos.