Esquerra juega sus bazas, y pide un encuentro entre el Gobierno español y el ejecutivo catalán para poder abstenerse y permitir la investidura de Pedro Sánchez. Sabe que, de esa manera, no provoca un rechazo directo de Junts per Catalunya. Y eso mismo ha logrado un debate interno en el seno de la formación que lidera Laura Borràs en el Congreso. Junts per Catalunya teme quedarse en la estacada si ERC permite la formación de un nuevo Gobierno en España, y esa misma posición ha comenzado a hacer mella en el expresidente Carles Puigdemont, que sigue las negociaciones desde Waterloo.

Es una guerra de nervios, que deja al PSOE un camino abierto. Si decide negociar con Esquerra, pero con algún gesto hacia el Gobierno catalán, que preside Quim Torra –de JxCAT—introducirá una cuña en el seno del independentismo. Al margen de la bronca interna con ERC en la lucha por la hegemonía en el movimiento independentista, ¿podrá el partido de Puigdemont quedarse al margen de un diálogo con el gobierno español, de cara a toda la legislatura en el Congreso?

Ninguna llamada, por ahora

Laura Borràs lo ha evidenciado al pedir a Pedro Sánchez que establezca un diálogo “de igual a igual, entre gobiernos”, y que no haya “condiciones ni exclusiones” para elegir a los interlocutores.

Pero Borràs ha lamentado que Sánchez ni nadie de su entorno haya llamado todavía a la dirección de JxCat. “Ninguna llamada, ningún gesto para contactar con nosotros”, ha señalado este lunes. Sin embargo, la posición respecto a Sánchez ya no es un ‘no’ rotundo. Se esperan movimientos, se desean más bien, para poder iniciar un giro, y no quedar a expensas de lo que pueda lograr Esquerra Republicana.

Acto de Junts per Catalunya, liderado por Laura Borràs, tras las movilizaciones por la sentencia del 1-O / JXCAT

 

Peticiones de máximos

Para que JxCat se plantee pasar del ‘no’ a la abstención en la investidura, “es fundamental un diálogo de igual a igual, de gobierno a gobierno en la investidura” y “sin condiciones”.

En todo caso, la formación que lidera Puigdemont sitúa la negociación en  unos máximos que ahora el PSOE no podría, de ningún modo aceptar. Para Borràs, además de con Torra, Sánchez debería contar con Puigdemont y con un mediador “internacional”.

El temor, en todo caso, es quedarse en un segundo plano, sin opciones, y con un papel testimonial para los ocho diputados en el Congreso.