Albert Rivera dimite y abandona su escaño en el Congreso. Así lo ha anunciado en una rueda de prensa, en la que ha hecho un llamamiento a no abundar en la división de los españoles. Deja el cargo de presidente de Ciudadanos y no recogerá el acta de diputado. Ha tomado esta decisión, que también pasa por dejar la política: "Quiero seguir siendo feliz, permitidme seguir mi camino para ser mejor padre, mejor hijo y mejor pareja". Emocionado, no ha admitido preguntas.
Rivera ha recordado que, tras conocer los resultados de las elecciones generales celebradas ayer, ya avanzó que asumiría las responsabilidades, pues “nunca me he escondido y he intentado ser coherente”. Ciudadanos ha pasado de 57 a 10 diputados.
“Dimito como presidente de Ciudadanos para que este partido, en un congreso extraordinario, elija a mi sucesor. Por responsabilidad, debo dimitir. Los éxitos son de todos, pero los malos resultados son del líder. Lo he mamado en casa, de mis entrenadores, de mis profesores. No creo que a nadie se sorprenda que yo hoy dimita”.
“Hay gente que puede pensar que sea justo o injusto, pero es lo responsable”, ha dicho.
Cree todavía en un centro político liberal
Se va, dice, porque ve viable todavía un centro político liberal en España.
"Llevo cuatro años de diputado nacional y ahora me tocaría coger ese acta. Pero no puedo hacerlo solo por una nómina. Es el momento de pasar el testigo y dar paso a otro diputado que le apasione entrar por la puerta del Congreso. Nunca estuve atornillado a un escaño”, ha dicho.
El ya expresidente de Cs ha hecho balance de su vida y de su trayectoria política. “En 2006, por el azar, por causalidad, trabajaba en una entidad financiera, me hicieron presidente de una plataforma sin futuro, Ciudadanos. Pero unos locos muy cuerdos que defendíamos la unión entre españoles, un centro liberal, la responsabilidad y regeneración”. Doce años después, este partido era la tercera fuerza en España.
Ha citado a Barak Obama: "Si para gobernar tienes que dividir a la gente, vas a tener un país ingobernable". Por eso, ha hecho un llamamiento a no dividir, a no regresar a una Espana fracturada entre rojos y azules.
Y se ha despedido con la siguiente frase: "¡Viva la libertad!".