Artur Mas ha comenzado a tomar el mando en el mundo de Junts per Catalunya. Y con la excusa de una reunión en el Palau de la Generalitat con Quim Torra, para conmemorar el 9N de 2014, Mas ha querido ofrecer una pista de aterrizaje. ¿Cómo? Ha reclamado al Gobierno, cuando se constituya, una oferta que se pueda “contraponer” a la “autodeterminación”.
Esa reivindicación la mantendrá el independentismo, según Mas, que no se ha visto disminuido en las urnas. Al contrario. A juicio del expresidente de la Generalitat lo que debería aceptar el Estado es que “el independentismo no es un suflé, y en cada convocatoria electoral muestra su posición tozuda”.
Mas espera a febrero de 2020
El independentismo, sin ganar en número de votos a las opciones no independentistas, en las elecciones del 10N, sí ha ganado en número de escaños. Esquerra ha ganado las elecciones, con 13 diputados y Junts per Catalunya ha obtenido ocho, por los dos de la CUP. Eso es lo que ha recordado Artur Mas, que ha repasado todo lo ocurrido desde la consulta del 9N en 2014.
Inhabilitado hasta febrero de 2020, Mas se ha ido situando en primera línea, aunque su deseo, según ha expresado, no es el de volver a liderar una opción política. Mas, pese a todo, se presta a ser reclamado en un momento determinado.
La parte "no independentista"
Lo que ha sostenido Mas, en presencia de Torra, es que en algún momento se deberá entrar en alguna negociación. Y en esa posible mesa de negociación, Mas ha reiterado que el Estado debería ofrecer una alternativa a la petición del derecho de autodeterminación, y a un referéndum para decidir el futuro de los catalanes.
El expresident ha señalado que no puede ser que la alternativa sea “la represión, y un proyecto que no es positivo, sino a la contra, una parte por la que sentimos estima”, en referencia a esa parte de Cataluña que no es independentista.