Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) quiere que el Ayuntamiento de Barcelona vote la expulsión de la Policía Nacional de la Jefatura Superior de Vía Laietana. Los independentistas han anunciado hoy miércoles que presentarán una proposición en comisión municipal para que el desahucio de los efectivos sea "legal y real".
Así lo ha verbalizado su líder en Barcelona, Ernest Maragall, quien ha avanzado que los republicanos elevarán un texto a la comisión de Derechos Sociales para que sea aprobada. La proposición prevé pedir que los funcionarios abandonen el edificio y éste sea reconvertido en un museo "de la memoria histórica y contra la represión". Con ello Esquerra quiere que la expulsión del CNP de su sede histórica en la Vía Laietana --el edificio es una sede policial desde 1929-- sea un "compromiso político explícito que debe aplicarse y convertirse en un trámite legal y real".
El concejal de Colau, desautorizado
La intención de ERC busca, sin decirlo, abrir una brecha en el gobierno municipal, que ya se tambaleó el lunes al pedir públicamente el concejal de Ciutat Vella, Jordi Rabassa, que la Policía Nacional abandone el inmueble. El edil de Barcelona en Comú (BComú) hizo pública una carta enviada al jefe de la Policía Nacional en Cataluña en la que aboga por "abrir un diálogo sobre este espacio en otra ubicación" ya que, bajo su punto de vista, el número 43 de Vía Laietana "no es un lugar idóneo" para la sede policial.
El electo ha sido desautorizado por la tercera teniente de alcalde, Laia Bonet (PSC). La edil ha señalado hoy que la toma de posición de Rabassa es una opinión "personal". El Ejecutivo local, ha dejado claro Bonet, "no ha pedido ni pedirá el traslado" de la Jefatura Superior de Policía. Ha cerrado así filas la teniente de alcalde con la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo (PSOE), que horas antes había tildado de "chiste" la propuesta de Rabassa.
Agentes asediados y arropados
Cabe recordar que la Jefatura Superior de Policía se ha colocado en la diana de los independentistas desde que la sala segunda del Tribunal Supremo emitiera la sentencia condenatoria del procés el pasado 14 de octubre. Los secesionistas reaccionaron con protestas, algunas de ellas violentas, y otras claramente orientadas a señalar la sede policial. El último escrache vandálico ocurrió el sábado por la noche, cuando los autodenominados CDR asediaron la jefatura y se enfrentaron a los Mossos d'Esquadra que velaban por el orden público en la vía.
Los choques entre radicales independentistas y Mossos se saldaron con cuatro personas detenidas y 44 heridos, 26 de ellos agentes de policía. Un efectivo policial resultó lastimado grave al caer de su furgoneta en marcha durante los disturbios.