Tras años de bloqueo, la reforma de la ley Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) ya está aprobada. Y lo lógico sería que la renovación de ese ente, así como de las direcciones de TV3 y Catalunya Ràdio, se abordara de forma inmediata. Pero esos cambios, consistentes en ampliar las mayorías necesarias para los cargos, así como las exigencias profesionales de los mismos, llegan en pleno cisma entre Junts per Catalunya (JxCat) y ERC.
Ambas formaciones ya habían pactado a finales de año que los republicanos asumirían la presidencia de la CCMA y la dirección de TV3 --hasta ahora en manos de Convergència--, así como la entrada de Ciudadanos en el gobierno de la CCMA, donde también estará el PSC.
Según fuentes sindicales, ese reparto se mantiene, lo que vulnera la esencia misma de la reforma: la despolitización de los medios públicos catalanes. Por diferentes motivos, ambos socios del Govern tienen prisa por ejecutar esa renovación de cargos. Los neoconvergentes temen un batacazo en las elecciones catalanas, que podrían tener lugar en la primavera de 2020, lo que podría restarles representación en la CCMA. Por su parte, los republicanos intentan desplazar a JxCat del control de la Corporación y de la dirección de TV3, que ven demasiado entregada a las órdenes de Carles Puigdemont.
Sin embargo, las desavenencias entre JxCat y ERC, así como la proximidad de las elecciones del 10N, complican ese propósito.
"No está la cosa para reeditar el pacto de diciembre"
“Hasta después de las elecciones generales no se moverá nada. No está la cosa ahora como para reeditar el pacto de diciembre pasado”, aseguraban fuentes parlamentarias tras la aprobación de la reforma que tuvo lugar el pasado miércoles. Pero a los trabajadores de TV3 y Catalunya Ràdio les resultó inquietante que Junts per Catalunya asegurara durante el debate de la ley, ante las advertencias de Catalunya en Comú-Podem, que si un acuerdo era legal no se podía hablar de "pactos en los despachos".
La reforma recupera la mayoría de dos tercios para elegir a los miembros de la CCMA vigente hasta 2022; exige que los candidatos acrediten experiencia en el ámbito mediático, que presenten un plan de gestión --ambos requisitos supervisados por el CAC-- y someterse a un hearing en el Parlament.
Asimismo, se contemplan siete consejeros a la CCMA y cinco al Consejo Audiovisual de Cataluña (CAC) --también pendiente de renovación--, en lugar de los seis que actualmente tiene cada uno. Esto cambia las proporciones, lo que podría dar cabida a los Comuns, unos de los principales impulsores de la reforma.
Contra la esencia de la reforma
Los representantes de los trabajadores critican, en declaraciones a Crónica Global, que, para el partido que gobierna Cataluña, “la ley se limite a lograr mayorías de dos tercios con tres grupos como mínimo, olvidando los criterios esenciales de independencia política y de capacidad profesional demostrada”.
Consideran que el consenso logrado en el Parlament --la aprobación fue por unanimidad-- “se debería trasladar a la elección del órgano, pero de forma que no fuera por cuotas estrictas, sino pensando en candidatos de aceptación transversal, y votados como un equipo. De ahí la importancia de que los candidatos deban presentar un plan de gestión”.