El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha viajado este lunes a Barcelona para visitar a los policías heridos --especialmente un agente que se encuentra en estado muy grave-- durante los graves incidentes violentos registrados en los últimos días en diversas ciudades de Cataluña.
Sánchez ha querido mostrar su apoyo para constatar que el Gobierno está al lado de la Policía Nacional y de todos los cuerpos de seguridad, justo cuando el presidente de la Generalitat, Quim Torra, le reclama una reunión en el Palau de la Generalitat, después de un intercambio de cartas.
Visita de Sánchez a Barcelona tras los disturbios en la ciudad /CG
Violencia
Sánchez mantiene su apoyo a los cuerpos de seguridad y exige al presidente Torra que condene de forma explícita la violencia de la última semana.
Todo ello después de que el president en sus diversos pronunciamientos siga sin admitir un hecho que los propios Mossos d’Esquadra han constatado, y es que en esos actos de violencia ha participado una parte del independentismo.
Abucheos
Un centenar de personas han abucheado a Sánchez, al llegar al Hospital de Sant Pau. Los manifestantes, rodeados por los Mossos d’Esquadra, llevaban pancartas con los lemas "Libertad, presos políticos" y "Os queremos en casa". Entre ellas, estaba Roger Español, ahora candidato al Senado por Junts per Catalunya, que perdió un ojo por una pelota de goma lanzada por la Policía en el referéndum del 1-O. Varias furgonas antidisturbios se han desplazado hasta la zona por precaución.
Esta situación se ha repetido poco después en el Hospital del Sagrat Cor, hasta donde Sánchez --también acompañado por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y por la delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera-- se ha desplazado para visitar a otros agentes heridos en los disturbios.
Actuar con "proporcionalidad"
La posición de Pedro Sánchez es firme. Reclama al presidente Torra que sea taxativo con la violencia, y no desea, por ahora, mantener una conversación o una reunión con él.
El Gobierno defiende que actuará con “proporcionalidad”, y no pretende, por ahora, impulsar medidas más drásticas sobre la situación en Cataluña. Defensa de los cuerpos de seguridad, apoyo al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y exigencia máxima al Gobierno de la Generalitat, a pocos días del inicio de la campaña electoral de las elecciones generales. Para Sánchez, los porpios cuerpos de seguridad deben garantizar la "moderación" que él defiende en relación al conflicto en Cataluña.
Independentistas frustrados
Sánchez ha visitado, previamente, la Jefatura Superior de Policia, en la Via Laitena, y no se ha acercado, en ningún momento, a la Delegación del Gobierno. Tras esas visitas, centradas en los hospitales, el jefe del Ejecutivo ha dado por acabado su viaje a Barcelona.
Eso ha frustrado a los activistas independentistas, que le esperaban en la Delegación del Gobierno, en la calle Mallorca. Nada más conocerse que Sánchez estaba en Barcelona, esos activistas se han ido moviendo por la ciudad, sin poder encontrarlo, y con cánticos para que se entrevistara con Torra.
Apoyo de entidades económicas
El gobierno catalán pretende ahora dejar al Ejecutivo de Sánchez en un rincón, con esa idea de que no quiere el diálogo. Pero para el Gobierno no hay nada que dialogar en estos momentos, centrado en mantener la situación de calma, y en ayudar a los cuerpos de seguridad a que mantengan el orden, frente a las nuevas acciones que prepara el llamado Tsunami Democràtic y los miembros de CDR.
En esa posición, Sánchez ha encontrado el apoyo de diferentes entidades económicas y sociales. El Círculo de Economía ha pedido que se ataje la violencia, y que esa debe ser la única prioridad. El diálogo y la búsqueda de cualquier solución política se deja para más tarde, con propuestas que el propio Círculo presentó hacer unos meses. También Foment del Treball y Pimec, junto con los sindicatos, han pedido que los esfuerzos se centren en reactivar la economía, mientras que la Cambra de Comerç, que dirige el independentista Joan Canadell, y Pimec, han pedido diálogo y el fin de cualquier atisbo de violencia.