Un nuevo gesto de afirmación. El independentismo tenía ganas de recuperar el espíritu de las movilizaciones de las Diadas, después de días en los que los actos violentos han sido los protagonistas. La concentración en Barcelona, donde han llegado las diferentes “marchas por la libertad”, desde las comarcas interiores de Cataluña, han sumado unas 500.000 personas, según la Guardia Urbana. Pero el mensaje ha sido más claro y directo que otras veces. “Nos detuvimos el 28 de octubre y hemos obtenido represión”, ha asegurado Elisenda Paluzie, presidenta de la ANC, que ha abogado, directamente, por “defender y sostener” una declaración de independencia.
Las marchas del 18-O en Cataluña / CG
La ANC había organizado las “marchas por la libertad” con la incertidumbre de saber si podría lograr una movilización importante. La excusa era la sentencia del Tribunal Supremo sobre el procés, pero se quería mostrar ese poder, al margen de las penas que finalmente fueran dictadas. Y eso lo ha vuelto a repetir el independentismo, dentro de la tónica de otras Diadas, con algo más de presencia que en la última, del pasado 11 de septiembre.
Petición de unidad a los partidos
Las marchas se han desarrollado con normalidad, sin incidentes graves, aunque con cargas en Via Laietana con algunos manifestantes. Sin embargo, el independentismo saca la cabeza para pedir unidad a los partidos políticos, en una semana de caos y de indefinición por parte de las cúpulas de Junts per Catalunya y de Esquerra Republicana, y del propio Govern.
La presidenta de la ANC ha insistido en su propuesta, que es la misma que la del presidente Quim Torra, aunque el mandatario catalán se cobija en el eufemismo de impulsar un referéndum en esta legislatura. Torra se ha quedado solo con esa apuesta. Pero Paluzie solo se debe a su propia entidad, sin correr ningún riesgo. Las marchas de la libertad “son una metáfora de nuestra lucha colectiva por la independencia: popular, pacífica y democrática”.
Hacer olvidar los actos violentos
De esos términos no se ha movido Paluzie, que, junto a Marcel Mauri, el vicepresidente de Òmnium Cultural, considera que los partidos deben buscar la máxima unidad. A ellos les ha ofrecido una última oportunidad: “Piden en el Parlament aprobar una resolución por la autodeterminación, y celebrar un referéndum, pero si no pueden, estará la gente, esteramos para declarar la independencia”, ha sentenciado.
Con un ambiente festivo, como en las Diadas de los 11 de septiembre, el independentismo, con una presencia mayor de jóvenes que de mayores, que había sido una característica de anteriores movilizaciones, intenta recuperar la cara tras los actos violentos, y el cerco que se ha producido en muchas localidades catalanas, especialmente en Barcelona.