Carles Puigdemont está dispuesto a mantener su pulso con el Estado y ahora también con la Generalitat. Partidario de la estrategia seguida en Hong Kong, no tolera que la policía haga su trabajo. Para ello cuenta con el apoyo de sus fieles, en el seno de Junts per Catalunya, pero también de algunos elementos que están a favor de la causa. Uno de ellos y el más activo es David Torrents, mosso d’esquadra y actual concejal de JxCat en el Ayuntamiento de Badalona. Señala Torrens que las actuaciones de los Mossos han sido excesivas.
La voluntad de Puigdemont es depurar a los que no compartan su ideario. Y Torrents le ayuda: “Llevo 21 años como mosso. Estuve en el aeropuerto y en la calle Mallorca y en el Paseo de Gràcia. He visto actuaciones de mossos que no siguen los criterios de proporcionalidad, oportunidad y congruencia. Sinceramente, a mí el consejero Buch, no me representa”.
Los tres flancos del Govern
Perfecto. Es el argumento que utiliza Puigdemont, y que ha servido para que pidiera la cabeza de Buch, que el presidente Quim Torra no le ha podido conceder. En gran medida porque se ha creado en el seno del Govern una triple división: por una parte, los consejeros de Esquerra, que, aunque discrepan de algunas actuaciones de los agentes de la policía autonómica para frenar las movilizaciones y los ataques de violentos que se han producido, defienden al consejero de Interior.
Por otra, los consejeros “institucionales”, que provienen de la antigua Convergència, y que no pueden entender que se ponga en cuestión a los agentes de la policía, como Àngels Chacón o Damià Calvet, y el tercer flanco lo representan los consejeros y dirigentes afines a Puigdemont, como el mismo presidente Torra, o Jordi Puigneró. Entre esas tres partes, dos se han unido circunstancialmente, ERC y los institucionales, y la consecuencia es que Buch se mantiene al frente de los Mossos.
Las órdenes del PDeCAT
Torrents es un buen elemento para la causa de Puigdemont. Participa en todos los debates, siempre al lado del expresidente. Reprochó el pasado mes de junio a Esquerra que criticara la gestión de los Mossos en los diferentes incendios que se produjeron. Aseguraba que no todo era culpa del 155, y que el organigrama directivo de Interior no paraba de engordar. Se refería al autor de esas críticas, el republicano Ricard Ruiz, presidene de la sectorial de seguridad de ERC. “No puede tirar la piedra y esconder la mano”, señaló Torrents.
Ahora ha entrado en una carrera para provocar la dimisión de Buch, y eso ha retroalimentado a los “institucionales” y a los dirigentes del PDeCAT, que están dispuestos a poner en marcha una purga si se desobedecen las órdenes. Y es que se han dado indicaciones, por el mismo David Bonvehí, para defender públicamente, y en todo momento a Buch, que es la pieza central del Govern de Torra. Si cae, todo se desmorona, porque ¿podría permitirse un gobierno tan dividido esa última muestra de debilidad?
Las quejas de los Mossos
Ese debate político se une al profesional, porque los propios agentes de los Mossos reprochan a sus superiores la “falta de previsión”. El sindicato de los Mossos d’Esquadra (SME), ha expresado su malestar por esa cuestión. Entienden los agentes que “el planteamiento del dispositivo fue erróneo”, con una crítica frontal a los responsables políticos y líderes de los partidos, al denunciar “el uso de los partidos políticos, que cuando se les pregunta por los autores de los incidentes, por quién inicia los disturbios, si los manifestantes o el orden público, no dejan claro en ningún momento que quien inicia los enfrentamientos son manifestantes y no los antidisturbios. Y todo eso lo hacen para no perder electorado”.
Los Mossos se han convertido en la pieza central del autogobierno de Cataluña. Y en estos momentos la figura que los representa es el consejero Buch, el único que los ha defendido públicamente, sin fisuras.