Se cumplieron los peores presagios. Ni respuesta unitaria de los independentistas a la sentencia del Tribunal Supremo sobre el procés ni hoja de ruta consensuada hacia la república. Quim Torra se ha despachado con una propuesta de referéndum de autodeterminación, no pactada con sus socios de Govern, ERC, ni con PDeCAT, lo que ha disparado de nuevo los rumores de cisma dentro de Junts per Catalunya.
Torra, ha asegurado en sede parlamentaria que no acepta la sentencia condenatoria sobre el referéndum del 1-O / EUROPA PRESS
Fuentes de Presidencia han confirmado en los pasillos del Parlament que, en efecto, la propuesta no fue pactada. No hacía falta, dicen, porque "todo el mundo sabe lo que piensa el president". El resultado fue un sonoro desmarque de los republicanos que preconizan una adelanto electoral en Cataluña con carácter “plebiscitario”. Sería el tercero en siete años.
Llueve sobre mojado
Llovía sobre mojado, pues neoconvergentes y ERC no han podido, hasta ahora, consensuar un documento para responder al “Estado opresor”. De ahí que la comparecencia del presidente de la Generalitat en el Parlament se sustanciara con un simple discurso, sin debate y votación de propuestas de resolución que habrían solemnizado esas diferencias.
De ahí que Torra, teledirigido de nuevo por los duros de Carles Puigdemont, se despachara con una propuesta de referéndum, a celebrar en esta legislatura, y una constitución catalana que estaría aprobada en la primavera de 2020. Nadie secundó esas propuestas. Obviamente, ni PSC y Ciudadanos, PP, que pidieron su dimisión. Catalunya en Comú-Podem se sumó a esa exigencia de cese, mientras que la CUP cuestionó la firmeza de Torra sobre esos nuevos pasos para implantar la república: también le invitó a marcharse si no se ve capaz de hacerlo.
Elecciones plebiscitarias ¿en primavera?
Pero el auténtico revés vino de la mano de ERC que ya no esconde su rechazo a la nueva oleada de unilateralidad y enfrentamiento con el Estado que se propone desde Waterloo. “Es la hora de acumular fuerzas y de crecer, para volver a hacerlo con la certeza, ahora sí, de que ganaremos. No es el momento de poner fechas, sino de trabajar los consensos del 80% de la ciudadanía que nos hará más fuertes. Estudiaremos la propuesta", dijo el presidente del grupo parlamentario, Sergi Sabrià.
La postura de ERC preconiza que, lejos de agotar este mandato, la única salida que queda es anticipar elecciones en Cataluña. No obstante, parece difícil asistir a una ruptura antes de las generales del 10N. Todo apunta que, pasada esa fecha, los independentistas plantearán poner las urnas, sí, pero para convocar unas nuevos comicios plebiscitarios. Como ya ocurrió en 2012 y 2017. Posiblemente en primavera.