Los independentistas más radicales no dudan en atacar a cualquier persona que intente aplacar sus acciones violentas, ya sean agentes de los cuerpos de seguridad del Estado o ciudadanos de a pie. 

En la noche del mertes 15 de octubre se vivieron duros momentos de tensión y violencia explícita de los activistas por la secesión de Cataluña contra sus conciudadanos que no están de acuerdo con su tendencia política y/o con sus actos. Este es el caso de un vecino de Barcelona que, al intentar apagar uno de los fuegos causados por los radicales, fue atacado sin miramientos por parte de éstos. 

Apagar el fuego

Barcelona es uno de los escenarios principales de las protestas contra la sentencia del Tribunal Supremo sobre el procés, que condena a los líderes del movimiento independentista a multas y penas de prisión que alcanzan los 13 años. En las últimas horas del martes, las calles del centro de la capital catalana fueron asediadas por los independentistas mediante barricadas y enfrentamientos con los agentes policiales y, también, con los habitantes de las vías afectadas.

Un vecino de la ciudad decidió no quedarse de brazos cruzados cuando un grupo de secesionistas comenzaba a incendiar contenedores, cajas de plástico y demás objetos para cortar una vía de paso de vehículos. El hombre se acercó al lugar, extintor en mano, e intentó apagar el fuego. Fue entonces cuando los independentistas actuaron contra él. 

A patadas

En el vídeo que graba este suceso en Barcelona se ve cómo uno de los radicales que había participado en la creación de la barricada corre hacia el hombre y le agarra --acercándose por la espalda-- por el cuello. El vecino intenta zafarse y otro de los congregados corre hacia él para impedirlo, lo que crea un breve forcejeo que acaba con el vecino tirado en el suelo. 

Es entonces cuando aparece en escena otro activista, que corre hacia el tumulto, y le propina al hombre una dura patada. Pocos segundos después aparecen varios coches de la policía y los independentistas huyen del lugar. 

Disturbios en las calles de Barcelona / CG