Pedro Sánchez ha exigido al presidente Quim Torra que condene “sin paliativos” el uso de la violencia en Cataluña. A Torra y a todos los miembros del Govern de la Generalitat, a todos ellos se ha dirigido directamente el presidente del Gobierno, desde la Moncloa, para reclamar que se orille por completo cualquier utilización de la violencia, al tiempo que ha defendido el derecho “a la manifestación pacífica” para protestar por la sentencia del 1-O del Tribunal Supremo.
Pedro Sánchez comenta sobre los altercados tras las condenas del 1-O
Sánchez, con un rostro serio, sin ambigüedades, ha sido muy exigente con el presidente Torra. Todo ello compatible, y lo ha reiterado, con el “derecho a la manifestación” como un acto de protesta contra la sentencia del Tribunal Supremo. Ha destacado, para apoyar esa tesis, las protestas “pacíficas” que ha desarrollado el independentismo, como las distintas marchas que se han iniciado. Pero ha insistido en que el Gobierno tiene preparadas distintas medidas y ha organizado un comité, desde el 10 de octubre, en el que se diseñan todos los operativos posibles.
"No vamos a sobreactuar"
El presidente del Gobierno ha señalado que contará con la “máxima unidad” de los partidos constitucionalistas. Este mismo miércoles se ha entrevistado con el líder del PP, Pablo Casado; con el de Podemos, Pablo Iglesias y con el de Ciudadanos, Albert Rivera. El Gobierno actuará, ha señalado, bajo tres principios: “firmeza democrática, serena; unidad de los partidos y respuestas proporcionales”.
Abrir un nuevo periodo
Sánchez ha insistido en que es el presidente Torra, quien tiene “el deber político y moral” de condenar la violencia, y que no puede mirar para otro lado. Lo que no hará el Ejecutivo, sin embargo, en palabras de Sánchez, es “sobreactuar” a partir de los nervios que se puedan producir a partir de ahora y en vísperas de unas elecciones generales. “Nos quieren divididos y exaltados, y no lo vamos a estar, ni una cosa ni la otra”, ha reiterado, convencido de que se podrá normalizar la situación.
¿Tiene otro plan el Gobierno respecto a Cataluña? Sánchez ha considerado que estará abierto al diálogo si el independentismo quiere abrir un nuevo periodo. Fiel a su diagnóstico, el jefe del Ejecutivo en funciones ha señalado que el problema de convivencia se deberá resolver, primero, antes de iniciar otra etapa, y que los violentos “no se pueden imponer de ninguna manera” a la mayoría de catalanes. Lo que propone Sánchez es que el independentismo se dedique a gobernar, porque entiende que ni los suyos propios pueden sentirse satisfechos con un Govern que está paralizado y se ha sumido en el caos.