Barcelona sufre la violencia del independentismo en sus calles. La tensión y los disturbios que se vivieron en las calles de la ciudad, que fueron bloqueadas durante la noche y madrugada con barricadas en llamas, aún se sienten durante las primeras horas de la mañana.
La cosnecuencias de las barricadas en el centro de Barcelona / LENA PRIETO
Aún son visibles los destrozos de los activistas radicales en las vías, concentrados en su mayoría en el cruce de calles en el que se sitúa la Delegación de Gobierno y sus alrededores. Varias horas después de que los secesionistas abandonaran las calles, aún huele a fuego, humo y plástico quemado.
Tensión entre los conductores
Las barricadas han afectado, en gran medida, al tráfico de la ciudad --mayoritariamente en las calles Mallorca, Pau Claris y Paseo de Gràcia--. El desconcierto entre los conductores es patente, sobre todo entre los motoristas que sienten el peligro de conducir por el asfalto resbaladizo a consecuencia de los restos de los objetos calcinados. Muchos de ellos prefieren aparcar sus vehículos o bajarse de ellos y trasladarlos a pie antes de pasar por zonas peligrosas.
Las consecuencia de la quema de contenedores y demás objetos por los independentistas aún son visibles en el asfalto y algunas de estas vías tienen restringido el paso de los vehículos de forma total o parcial.
Corte de vías
La Guardia Urbana de Barcelona ha cortado el tráfico en los carriles centrales de Paseo de Gràcia entre la plaza Cinc d'Oros hasta la calle Aragó, por lo que los conductores tienen que hacer uso de las vías transversales.
También en la calle Provença entre el citado paseo y la Rambla de Catalunya son visibles a primera hora de la mañana restos de los fuegos encendidos por los independentistas radicales. En este caso el paso de coches se mantiene abierto, aunque únicamente por uno de los tres carriles del vial.